Hola. No es que me haya leído todo el hilo y lo mismo repito cosas que se han dicho o reabro cosas que ya estaban claras.
El país, nación, estado, o lo que se quiera (yo preferiría una nación a un estado) se llamaría "La Vega" y, lógicamente, sus habitantes seríamos de gentilicio: veganos.
Se regirá por la "declaración de los sentimientos universales" (Lo primero es no hacer daño ("primun non nocere), y bajo esta declaración es englobarán todos aquellos seres que reúnan la capacidad de sentir. Se primará la responsabilidad y libertad personal concediéndole pocos, o ningún derecho al "estado" (por eso mejor hablar de nación).
La bandera contendrá una neurona como símbolo común de todos aquellos seres sintientes.
La religión oficial es: "ser buena persona", cumpliendo la primera, o incluso sin cumplirla, está absolutamente admitidas todas las demás, pasadas, presentes y futuras.
El día nacional sería el 1 de noviembre y debería festejarse y a la vez reivindicarse la ampliación del estado. El día debe estar especialmente dedicado a los niños y a los animales con los que convivimos, serán los príncipes de la fiesta. También se festejará entre veganos todo lo bueno que haya pasado, será como un día de "Año Nuevo" ; si en ese año ha habido bodas, nacimientos, cambios de trabajo y todas las buenas noticias de nuestros ciudadanos y también de, ¿por qué no? de nuestros ciudadanos futuros se celebrará ese día, sin que tenga por qué ser el único claro.
El territorio sera: allá dónde haya un vegano, y cada vegano es en sí mismo un embajador de la nación y siempre deberá pensar que sus actos son una representación de su nación, debe dejarla en buen lugar.
Existírá también un ciberterritorio a través del que los ciudadanos de distintas partes del mundo podremos intercambiar nuestros pareceres.
La lengua no creo que deba ser el esperanto porque, hablo desde la ignorancia, creo que es la única lengua en la que no puedes hablar con nadie.
Los individuos que quisieran estarían censados y, también los que quisieran, crearían un censo profesional en unas "páginas veganas", así los veganos siempre que necesitásemos a un profesional podríamos encontrar uno vegano y de ese modo La Vega se apoyaría entre ciudadanos y como comunidad.
Aquellos individuos que lo deseen podrían sacarse un pasaporte (como el del reino de
la revolución de la cuchara):
Ese pasaporte servirá para poder mostrarlo a los que no son veganos y explicarles lo que es el veganismo pero no permitirá viajar o cruzar fronteras, porque en "La Vega" las fronteras no existen, ni en los territorios, ni en los mapas, ni entre sexos, ni entre individuos, ni entre razas, ni entre especies, porque en La Vega todo aquel que lo desee puede entrar y formar parte, sin importar su pasado especista, racista o sexista siempre y cuando ya no lo sea. Los animales veganos también podrán tener su pasaporte y el humano que vive con el "no humano" lo solicita.
El mensaje principal de La Vega es que todos podemos ser veganos y que todos deseamos a los demás que algún día lo sean.
Quedan abolidas todas las clases sociales. Cada individuo será considerado "de pleno derecho" desde el momento en que decida ser vegano.
No habrá impuestos. Exisitirá un dominio en internet desde el que uno podrá descargarse el pasaporte, inscribirse en las páginas veganas y bajarse información sobre nuestra nación y nuestros ciudadanos, así como todo aquello que nos pueda intersar.
Los no veganos será considerados siempre, y en todo caso, como "AÚN NO VEGANOS" y como tal podrán entrar en nuestras páginas de internet, con las lógicas restricciones, siendo la más lógica, la de no poder descargarse el pasaporte.
Con el tiempo y cuando los servicios profesionales veganos estén establecidos el pasaporte servirá para obtener descuentos en determinados servicios, supermercados y restaurantes que deseen adscribirse a hacer los descuentos.
El pasaporte será sólo un "símbolo de identidad" y contendrá los párrafos más relevantes de la "declaración de los sentimientos universales" (quizás no sea mala idea redactarlo en esperanto y en la lengua del dueño del pasaporte).
La principal ley moral de "La Vega" es la conciencia de cada cual, pero como principio esencial estará el no hacer daño "PRIMUN NON NOCERE" y saber perdir perdón o reconocer el error en caso de haberlo causado.
Un vegano ayudará a otro vegano siempre que le sea posible, siempre le respetará aún en un franco conflito de posturas u opinones y siempre estará abierto al diálogo, a la escucha y al perdón, aunque luego no tenga por qué hacerlo.
Vaya, no sé que me ha pasado
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Alex