Cómo mola.
Yo es que sufro mucho con esto de las bodas. En la última, de un muy buen amigo con una muy buena chica de muy "buena" familia, el cura se destapó con una homilía didáctica de tres cuartos de hora sobre la importancia de la procreación en el matrimonio "verdadero", el que forman un hombre y una mujer.
Me faltó nada para levantar la mano y opinar. (Por cierto, ¿por qué no se podrá levantar la mano y opinar en la dichosa misa?).
Dentro de poco se casa otro buen amigo, éste en Madrid y por lo civil. Pese a que no conozco a nadie, me ha pedido que escriba y recite algo en su ceremonia. No tengo ni idea de qué voy a hacer...
Y ya. Sigo con el socialismo español del siglo XIX. Que yo sólo abría el ordenador para investigar qué sucedió en el episodio de la Jamancia en 1843.
¡Salud!