La soja tiene al menos 5.000 años de historia. Su origen se remonta hasta el año 2838 a.C. en China; hasta el siglo VI en Japón y al siglo XVII en Europa.
Las judías de soja se hicieron muy importantes en la cultura china porque Sheng-Nung, un antiguo emperador chino, declaró la soja como uno de los 5 granos sagrados (los otros eran arroz, cebada, trigo y mijo). Los chinos le daban el nombre de carne vegetal. La judía de soja fue incluso rebautizada con el nombre de ta tou, que significa la judía más completa.
Alrededor del 300 a.C la soja se había convertido en uno de los mayores cultivos de China. En los próximos 100 años, los chinos aprendieron el arte de elaborar tofu, que se obtiene cuajando la leche de soja.
Algunos creen que el tofu fue desarrollado por monjes budistas; pero otros creen que se descubrió por accidente. La creativa cocina china perfeccionó otros derivados de la nutritiva soja. La leche de soja, el tempeh, el miso y la salsa de soja son algunos de ellos. En algunas zonas de China, donde se preparan alimentos con soja de al menos 10 formas diferentes, su consumo diario puede llegar a 55 - 60 grms.
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El consumo interno anual de soja del Japón es de unas 900 mil toneladas, de las cuales 500 mil son utilizadas para la producción del tofu, cifras que demuestran la popularidad y cuantioso consumo de este producto.
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Un estudio reciente condujo a los investigadores a creer que la comida de soya puede llevar a la demencia en una etapa tardía de la vida, pero la referencia es confusa hasta más no poder, de acuerdo con la nutrióloga Nancy Oliveira, “una revisión más cercana a los resultados revelan que los hombres japonés-norteamericanos tienen similares o más bajos índices de la enfermedad de Alzheimer que cualquier otro norteamericano que comió menos soya en general. Y otras culturas que mantienen dietas ricas en soya, tales como los japoneses muestran niveles aun más bajos de este tipo de demencia. Hasta ahora, este estudio es el único que tiene asegura existe una relación negativa entre la demencia y la dieta de soya.
"Otros investigadores sugieren que los alimentos de soya de hecho previenen contra la enfermedad de Alzheimer. Se cree que los estrógenos naturales protegen contra el envejecimiento del cerebro. Investigadores piensan que, a medida que la producción de estrógeno disminuye con la edad, los fitoestrógenos de la soya proveen una defensa similar y pueden actuar como antioxidantes que protegen al cerebro del daño de los radicales libres, el cual podría de lo contrario conducir a la demencia."
Ahora sabemos, por ejemplo, que los índices de demencia son más bajos en países asiáticos (donde el consumo en soya de elevado), que en países occidentales. Sabemos que el estilo de vida de los (con su alta ingesta de soya) ha estado asociada por mucho tiempo con una vida más larga y una mejor cognición en la vejez. Y sabemos que los Adventistas del Séptimo Día, muchos de quienes consumen alimentos de soya toda su vida, tienen menos demencia en su vejez que la población en general.
Un buen número de estudios clínicos han mostrado que la soya y los isoflavones de la soya son actualmente benéficos para la cognición. En un estudio, publicado en la revista “the journal Psychopharmacology in 2001”, jóvenes adultos hombres quienes tuvieron una dieta alta en soya experimentaron mejoras substanciales en la memoria c corto y largo plazo así como en flexibilidad mental. Otros estudios han encontrado que los suplementos de isoflavón de la soya mejoran las funciones cognitivas en las mujeres posmenopáusicas.
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