Buenas,
seguro que os habéis visto en la tesitura, u os vendrá en breve, de la típica excursión a la granja escuela de la zona. Es una visita en la que toda la clase pasa el día entre animales, haciendo las tareas típicas (de los cuentos) de una granja, como hacer galletas, pan, ordeñar, esquilar, etc. Obviamente, muchas de las cosas son con animales (incluida una actividad que es hacer chorizos), lo que nos genera dilemas morales.
¿Qué hacer? ¿Le dejas sin ir o que vaya y vea como son los animales y qué se hace con ellos? Es complicadete, dado que además añadimos la componente social, de separar del grupo al vegeta.
Ayer fue Pablo a una granja escuela que están en Brunete (Madrid) y se lo pasó en grande. Hizo galletas (dura como un piedro, pero que me la he comido como el manjar más exquisito jamás hecho), montó en pony, tocó una cabra (lo cuenta como el no va más), vio un cerdo, alución con las avestruces (que no vuelan!!!), y demás. Claro, como padre vegeta, pues te queda el aquel de que sabes el fin de esos animales y demás.
Entonces, yo pregunto a los que son padres, ¿habéis mandado a vuestros hijos a la granja escuela? ¿Por qué?
Insisto en la importancia de sólo para padres/madres/tutores legales, dado que, no quiero téoricos, si no experiencias reales.
Besitos.
P.D: Se me olvidaba, el día que hagan chorizos, Pablo no irá.