Esa explicación se gesta en los cambios evolutivos. Los rasgos de los seres vivos se han originado, todos ellos, en base a una serie de cambios que se han dado a lo largo de la historia evolutiva del clado o taxón al que pertenezca dicho organismo. Y los dos agentes clave de la evolución son las variaciones y constantes genéticas y las variaciones y constantes ambientales. ¿Qué significa esto? Que los organismos vivos presentan ya todo un genoma, que está sometido a cambios perpetuos. Y coexisten en ecosistemas que también están sometidos a cambios perpetuos y que, en conjunto con las características del organismo suscitan todos los cambios evolutivos. ¿Y cuáles es el criterio, el "fin" en la evolución? La adaptabilidad, que se define en base al potencial reproductivo del nuevo rasgo (la medida en que favorece la reproducción y, por consiguiente, su transmisión y expansión a través de una población) y su potencial de sobrevivencia (la medida en que favorece la existencia o la vida del organismo y, por consiguiente, facilita o mejora sus condiciones de vida).
Esto es, mutación y selección natural. Y aquí otro problema, ¿cómo es posible que en dos reinos biológicos tan distantes como el de los animales y el de las plantas puedan acontecer a un mismo tiempo y sin que presenten un origen monofilético, la misma característica? Siendo además que esa característica es bastante compleja. Es bastante improbable que las plantas, que se considera que descienden de las algas verdes; y los animales, que se considera que descienden (y comparten con los hongos como ancestro) de los dinoflagelados, puedan presentar la misma característica. La experiencia del sufrimiento, ésa que usted padece cuando se pincha el dedo con una aguja, es compleja. Hasta el punto de que no estamos totalmente seguros de que muchos animales sean capaces de experimentarla.
Estoy de acuerdo con usted en que la química y la física no constituyen el alfabeto de la biología, pero me imagino que también estará de acuerdo conmigo en que los fenómenos biológicos son fenómenos físicos y, por lo tanto, son susceptibles de ser estudiados desde el punto de vista de la bioquímica y la biofísica. Lo que no la exime de la posibilidad de ser considerada bajo otras aristas como la ecológica o la filogénica. El problema es que si usted habla de sensación y de percepción, está empleando dos tecnicimos que emplean los biólogos y los psicólogos para referirse a una forma muy concreta y muy particular de recibir y responder a estímulos que, hasta ahora, solamente ha sido identificada en animales y ni tan siquiera en todos ellos. Si quiere acuñar un tecnicismo para referirse a una propiedad concreta de los sistemas biológicos, es libre de hacerlo siempre y cuando entienda que no puede asegurar o aseverar que los micoplasmas o los foraminíferos tienen conciencia y pueden experimentar sensaciones de agrado y sufrimiento.
Ya hablando en términos éticos, me parece que tengo otra visión de las cosas de la que supongo usted y otros son totalmente libres de disentir. Yo, como vegetariano estricto, no creo que sea posible lograr una utopía vegana o animalista. Tampoco defiendo los derechos de todos los animales, ¿cómo? ¡Si seguro que hay animales que nunca han visto a un ser humano! Yo defino mi visión del animalismo en base a la corrección de un sistema de estructura e infraestructura que, en el contexto de una sociedad industrial, es ya totalmente extemporáneo. No es necesario y ni siquiera creo que sea rentable o conveniente en los términos del deplorable liberalismo económico. ¿No considera usted que, si se elimina a la ganadería industrial, la demanda reducida de tierras provocará que el costo de ellas descienda, agilice la producción agrícola y el costo mismo de los alimentos también baje como consecuencia de la sobreoferta? Es decir, se permitirá un aprovechamiento más eficiente y más rentable de los recursos naturales. Eso desde el punto de vista económico y ecológico. El problema es que no me opongo a formas rurales, que no estén masificadas o no excedan los costos ambientales o el número de animales sacrificados (sí, yo también peco de utilitarismo y, porque no negarlo, de bienestarismo), lo que tampoco significa que esté a favor o que las considere necesarias o convenientes, pero yo no puedo decidir cómo deben organizarse las comunidades y... ya estoy divagando. Es lo que pasa con las especulaciones, je, je.