Cuando tenia unos 12 años mis padres me llevaron a una marisqueria, y muy pijos ellos pidieron ostras, primero ver como se retorcian en el plato con el limon que les habian echado, y luego el sabor tan repugnante en la boca, que baje al piso de abajo a escupirlo en el inodoro.
Otra vez me puse malisima por comer pulpo, me tire potando toda la noche, y la unica cerveza que me tome comiendo, me subio como si hubiera bebido 20.
Fueron dos momentos horribles de mi vida que no se por que os gusta recordar..