Una opción que tienes cuando vuelvas a escuchar esos gritos de amenaza y, antes de que vaya a más, es llamar a la policía. Yo me encontré con un caso idéntico hace unas semanas en mi edificio y fue lo que hice. Vinieron tres polis y le bajaron los humos. Y en este caso, al menos, las cosas están muchísimo más tranquilas y calmadas. Por lo que escuché decir, el asunto lo pasaron a servicios sociales.