Yo opté por el vegetarianismo por razones éticas, pero al mes de hacerlo me di cuenta de que la primera beneficiada era yo. Mi nivel de energía subió considerablemente (vamos, que estoy como con veinte añitos), me libré de las jaquecas, al prescindir de los lácteos también me libré de las alergias y un largo etc. A nivel psicológico también he notado beneficios, no sólo por la tranquilidad de ser coherente con mis ideas, sino porque eztoy más calmada interiormente.
En cuanto a desajustes en la digestión, no he notado nada de nada. Eso sí, se ha agudizado el sentido del gusto y ahora un tomate común es una de las mayores delicias.