Yo hago lo mismo, y tampoco me he encontrado con ninguna compra grande que fuera totalmente vegetariana. Es desalentador trabajar en un supermercado. Ves como se vacían y se llenan las estanterías de productos animales día tras día, sin parar, y si te pones a pensar en lo que hay detrás te puedes volver loco. Kilos y kilos de carne, cienes de bandejas de huevos y de paquetes de leche del camión al consumidor, todo delante de tus ojos en una sola jornada de trabajo que mañana se repetirá, y así hasta el fin. El poder de la mente debe ser grande para no caer en la locura, o tal vez sea la fuerza del hábito.
Y este verano me toca trabajar de 40 horas en el súper. Ue... fiesta...