Iniciado por
Spinoza88
Bueno, yo ya la he visto, y me ha parecido una auténtica obra maestra. La verdad es que el cine asiático (japonés, coreano, chino...) es mi debilidad, el cine de los silencios, del detalle, del gesto y la contención. Y uno de sus maestros es Kim Ki Duk, sin duda. De las pelis que he visto de él, creo que es la mejor, en cuanto a fotografía, actores, banda sonora, historia, etc.
Pasando a la peli, analizarla es difícil. Es una de esas que requieren dos, tres o cuatro visionados. De esas que pestañeas y te pierdes algo. Siento que se me han escapado cosas. Es una peli cargada de significados, a mi juicio cuenta más de lo que enseña. La historia engancha y es curiosa: un tío cuya existencia se basa en entrar en casas ajenas, y vivir en ellas como si fuera su dueño, mientras sus verdaderos ocupantes no están. A cambio les arregla algo, les compensa. El conflicto llega cuando en una de sus ocupaciones, conoce a una chica que está siendo maltratada por su esposo, y la salva, se la lleva consigo....
Bueno, no la voy a contar entera, esa es la historia. Pero lo que cuenta Kim Ki Duk es otra cosa, precisamente nos muestra lo que normalmente no apreciamos en nuestras vidas. Lo que en el film se desvela cómo lo verdaderamente valioso, lo real, aunque no material (la escena final, en la que los dos se abrazan y la báscula pone 0 gramos... genial), lo intangible. A través de la historia del prota (el actor lo borda) lo vamos viendo. No puede ser de otra forma, pues su existencia mora en el terreno de lo invisible, por eso podemos ver lo que no es apreciable en lo cotidiano... cómo una pareja descuida y no atiende a su hijo, lo vemos a través del detalle de no repararle la pistola de juguete que sí hace el prota (mención especial a la fina ironía, uno de los pocos momentos humorísticos de la peli, con que termina la escena de esa familia, con el balinazo en la cara de la madre jeje); o la dejadez y el abandono que padecen muchos ancianos, cuya familia no sabe ni que a muerto, nos lo muestra también a través de la historia (la imagen del perro fiel al lado del cadáver, casi putrefacto ya, el número de teléfono pegado a la pared, el contestador que salta al llamar...). En este sentido, también hay un trasfondo de crítica social (corrupción/violencia inclusive), pues el tema es ese, claro. La tesis, a mi entender, es que damos prioridad a nuestra existencia material, o a lo fútil, superfluo, de nuestra existencia, tanto es así que al final nos pensamos que eso es vivir, que es su esencia, de tal modo que olvidamos que lo importante está en las relaciones humanas, desnudas de intereses y añadidos. El grueso del film, dónde se ve esto más claramente, es obviamente en la relación entre el prota y la chica. Su esposo, en uno de los pocos diálogos, le espeta a su mujer que tendría que estarle agradecida por mantener el nivel de vida que llevaban, por la casa, en definitiva, por su "existencia". No se da cuenta que ella no quiere nada eso, que lo quiere es otra cosa. Eso es lo que le da el prota, lo que único que tiene, en realidad, a él mismo, pero no por ello más valioso. Compañía, afecto, amor... lo intangible, pero lo ESENCIAL. La sublimación de la tesis llega en una de las escenas finales, en el plano en que se ve a la mujer de cara frente al esposo, cuando musita "te quiero" y... es que no puedo ni describirla, porque es imposible. No sé lo que os pareció, pero a mí me dio la impresión de que ese te quiero flotaba en el aire, traspasaba al marido, para ir a dar a parar al protagonista, escondido de la escena (lo invisible pero real), que se acerca a darla un beso. Sublime. Magistral Kim Ki Duk. Una de las mejores escenas del cine que yo haya visto nunca.
En definitiva, es la historia de siempre pero contada como nunca. Lo mejor, sin duda, es que Kim Ki Duk no necesita palabras; los detalles, los gestos, las escenas, la expresión serena de los personajes (interpretados de forma magistral, también) nos narran la historia, y nos muestran qué es lo que verdaderamente importa, lo que nos hace humanos (y animales también, añadiríamos nosotros jeje), lo que es real, aunque muchas veces invisible, encarnado en el prota y la chica.
En fin, dejo muchas cosas en el tintero, pero ya me estoy extendiendo. A ver si alguien se anima y comenta, que es una peli que da para más, y debatimos.
Por cierto, le pongo un 9, y no un 10, por dos cosas: porque me chirría la escena en la que el tío le pega sin querer un pelotazo a la chica que va en coche (¿la mata o no?), pues no le veo mucho sentido para la historia, y porque tampoco entiendo que el prota lleve una motaca bmw.