Me temo que no tenéis ni idea de lo que es estar en "la más absoluta pobreza". Ningún vegano pobre-guay de ninguna comunidad se despierta ninguna mañana sin saber qué mierdas va a desayunar. Ningún hijo de vegano pobre morirá nunca de malnutrición. Así que un respeto para los que sí viven de verdad en "la más absoluta pobreza". Son mil quinientos millones de personas, de semejantes. Un respeto para ellos, por favor.
Un vegano pobre de una comunidad guay siempre podrá salir de ese submundo elegido para volver a integrarse en la sociedad. Y nunca se dejará morir de hambre. Nunca. Antes se come un conejo crudo por una pata.
Anarcopón tiene razón en buena parte de su argumentación: una Carta de Derechos de los animales implica multitud de obligaciones. Y nadie puede esperar de los animales el ejercicio de esos derechos. De manera que tenemos que ser nosotros quienes lo procuremos. Y eso implica recursos, un aparato administrativo ingente, desproporcionado.
Por cierto, tampoco existe una ley de los Derechos Humanos en España. La Constitución hace referencia a la Carta de derechos reconocida por las Naciones Unidas, pero los Derechos Humanos están protegidos (aunque con mucho mayores garantías) del mismo modo que los derechos de los animales que ya existen: por ley. Entre otras cosas porque no existe otro modo. Esa normativa legal podrá ser del rango que sea (local, regional, estatal de tal o cual grado, europea o universal), pero será siempre una ley. Y ya existen.
En cuanto al vegetarianismo en La India... Uff, creo que hay una enorme ignorancia con respecto a ese tema. Porque está muy bien decir que en La India son pobres y vegetarianos, pero estamos obviando todo un sistema religioso y social que impone desde hace tres siglos el sistema de castas. El vegetarianismo en La India es de origen espiritual. Si eres bueno, si cumples con las obligaciones de tu casta, si te mueres pobre, en la próxima vida te reencarnarás en una casta superior. Así el pobre nunca se rebela. Qué listos los de la casta superior. Y qué malnacidos.
Pongo otro ejemplo sobre el absurdo de un futuro país vegano: un país con moral vegana elevadísima habría de competir en el mercado globalizado. ¿Cuál sería su ventaja comparativa (su capacidad productiva diferenciada) a la hora de comerciar con otras potencias? ¿O estamos pensando en una autarquía?
¡Saaalud!