Yo anécdotas divertidas con mis vecinos muy pocas, la verdad, normalmente nos ignoramos desde que un día nos encontramos un cartel en el panel de anuncios que rezaba: "los del octavo a ver si os dignais a limpiar el rellano que la mierda ya baja para abajo so guarros" . No hace falta subrayar que vivimos en el octavo, y que por supuesto mi madre limpia el rellano cada vez que le pasan el cartelito, y que por lo general está como todos. Yo no tengo ni idea de por qué lo hicieron, pero mi madre me dice siempre que las porteras del edificio la tienen manía, y al final será verdad; y eso que mi madre se piensa que todo el mundo la tiene manía, hasta yo. Eso sí, al día siguiente un vecino anónimo escribió debajo del anuncio ese defendiéndonos y poniendo a parir al que lo había escrito, porque ni eran formas ni se podía ir así por la vida. Cabe decir que el que había escrito el anuncio protesta jamás se identificó.
En fin, supongo que no seremos los únicos que pasamos de entablar relación con la mayoría del vecindario, sólo con algunos que son de fiar.
Ah, y también nos envenenaron el ficus que teníamos en el rellano y que ciudaba mi madre, que pasó de estar lozano y frondoso a quedarse más o menos como un perejil.
Mi edificio es como Vietnam. A veces salgo con un machete por lo que pudiera pasar.