Por cierto, si los tuviera (hijos) mi mayor miedo sería que no fueran veganos. Me sentiría fatal, como si la hubiera pifiado, casi como si hubiera traicionado a los animales. Mi rabia sería tal que o me tiraría por el balcón o ahogaría a mi hijo con la almohada como a esos padres que se les va la olla de mala manera.