PARA: Vegetarianos, veganos
CATEGORÍA: Platos principales: Arroces.
Ingredientes para 4 raciones:
- 2 cucharadas de aceite
- 2 cebollas medianas picadas
- 3 berenjenas medianas cortadas en cuadritos
- 100 gramos de tomates secos
- 100 gramos de vino blanco
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- 500 mililitros de caldo vegetal (sobrará)
- 500 mililitros de agua
- 60 gramos de arroz arborio o carnaroli por persona (o más, si coméis mucho)
- Levadura de cerveza (si lo queréis vegano)
- Parmesano reggiano, si queréis añadirle queso (pero entonces no será vegano, sino vegetariano)
Preparación:
En un cazo, hervimos el medio litro de agua. Ponemos los tomates secos en un bol, añadimos el medio litro de agua hirviendo, tapamos con un plato y dejamos que se hidraten durante 15 minutos. Esa agua no la tiraremos. La vamos a usar para añadírsela al caldo vegetal. El caldo vegetal puede ser caldo propiamente dicho o, como en mi caso esta vez, medio litro de agua de cocer unos garbanzos: aquí no se tira nada. Picamos los tomates con una tijera en trocitos pequeños. Mezclamos el agua de los tomates con el caldo vegetal y lo ponemos a calentar en un cazo. El caldo ha de estar caliente, sin hervir. Yo lo que hago es llevarlo a ebullición y, una vez que hierve, bajo el fuego.
Ponemos una cacerola con el aceite a fuego medio. Dejamos que se caliente el aceite y añadimos la cebolla con una pizca de sal. Dejamos pochar de 5 a 7 minutos. Ahora, agregamos las berenjenas y los tomates. Damos vueltas. Dejamos que se hagan, lo que llevará unos 10 minutos. Removemos de vez en cuando. En este punto, si cocináis para vosotros solos, podéis sacar 3/4 partes de la verdura y ponerla en tuppers. Si vais a hacer arroz para cuatro personas, obviamente no hace falta. Agregamos el arroz, damos unas vueltas, espolvoreamos el pimentón por encima y removemos, para que el arroz se impregne bien de los sabores del pimentón y la verdura. Subimos el fuego, porque el risotto ha de hacerse a fuego vivo. Si tenéis un cazo de hierro colado vitrificado (algún día tendré uno), no hará falta subir el fuego. Agregamos el vino blanco. Dejamos que hierva, porque hervirá y vamos removiendo. Saca un cazo del cajón, que lo vas a necesitar.
A partir de ahora se trata de remover. Remover y remover hasta que el arroz se quede sin líquido. Cuando se quede sin líquido, añadimos el caldo cazo a cazo. Primero un cazo, removemos, dejamos que se absorba sin dejar de remover, nos quedamos sin brazos y añadimos otro cazo. Y hacemos exactamente lo mismo. ¿Cómo sabemos que el risotto está hecho? Porque el arroz cambia de color. Al principio está blanco: luego ya se pone del color del caldo y las verduras. De verdad, se nota. Lo notan hasta los principiantes en la cocina. Lo sé porque yo soy una de ellas.
Cuando esté hecho, sacamos y servimos. Aquí hay varias vertientes. Si uno lo quiere vegano, se queda tal cual (hay quien añade algo de levadura de cerveza y remueve). También podemos añadirle margarina: yo no lo he hecho nunca porque me parece una grasa innecesaria y realmente no le hace falta. Si lo queremos vegetariano, podemos añadirle una nuez de mantequilla (tampoco lo he hecho por la misma razón que antes, jamás) y queso parmesano reggiano rallado. El secreto, dicen, es un buen queso y un buen vino. Mirad, a mí un día se me olvidó el vino y no le eché queso tampoco, a un risotto de calabacines, del que se podría pensar que iba a quedar insípido. Pues quedó de muerte. El parmesano cuesta un ojo de la cara y la mitad del otro y por eso hay quien dice que con un buen queso de oveja (que tampoco es que sea mucho más barato) vamos que nos matamos. Eso, lo de veganizarlo o no y el tipo de queso, queda a la elección de cada uno. Yo creo que, aunque uno sea vegetariano y coma queso, le podría dar una oportunidad sin queso, porque a veces el sabor del queso es tan fuerte que se come el resto de los sabores del risotto.
Lo que sí hago a veces es espolvorear con un aceite en spray al aroma de trufa que compré (que la trufa no sé si la tiene por alguna parte, pero el aceite es de oliva) y también está muy rico. Un día compraré una trufa y haré un risotto de setas con trufa.