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Óscar Horta: Ética y animales no humanos
Vivimos en una sociedad donde los individuos rara vez se plantean el impacto ético de sus actos, mucho menos si el objeto de tales actos es un animal. Esta situación ha comenzado a cambiar. Sin embargo, aún queda mucho por hacer.
Nos ponemos en contacto con Óscar Horta para hablar sobre ética y alguna cosa más. Óscar Horta es Doctor en Filosofía por la Universidad de Santiago de Compostela, donde en la actualidad es profesor de Filosofía Moral y Política. Ha sido investigador en diversas universidades extranjeras, así como de la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología. Ha escrito sobre distintos temas relacionados con la ética y los animales, como se puede consultar en su blog Ética más allá de la especie, y es activista por los animales, habiendo pertenecido a diversas organizaciones antiespecistas y colaborado con otras.
1. Parece que la ética es cosa de sesudos estudiosos que debaten entre ellos usando terminología ininteligible para el común de los mortales. En tu opinión, ¿qué sentido tiene la ética para la sociedad en general?
La ética de lo que va es de lo más básico: de cómo vivimos. La ética es la reflexión sobre la moral, y la moral no es otra cosa que los propósitos que buscamos, en último término, al actuar y vivir de un modo u otro. Por ejemplo, podemos decidir vivir de modo que seamos más felices sin importarnos los demás, o de modo que hagamos que los demás se encuentren en la mejor situación posible, o de modo que respetemos ciertas normas como no matar, no robar, etc. Es imposible no tomar decisiones acerca de esto. O actuamos de un modo o de otro, o vivimos de un modo o de otro. Es imposible no tener, pues, una moral.
Hay gente que no se plantea estas cosas, simplemente sigue aquello que ha aprendido desde pequeño o pequeña que se ha de hacer sin cuestionárselo jamás. Pero mucha otra gente reflexiona sobre estas cosas, se pregunta si debe vivir de un modo u otro, conforme a ciertos propósitos u otros. Al hacer esto, están haciendo ética. Los estudios en ética simplemente analizan estos temas con mayor profundidad y criterios de rigor, considerando muchas contribuciones que ya otras personas han hecho sobre el tema e indicando contradicciones que sin un análisis en detalle pueden pasar desapercibidas.
2. ¿Podemos hablar de ética o éticas animalistas? ¿Qué espacio ocupa el animalismo dentro de la ética en general?
En ética existe un campo que recibe el nombre de Ética Animal. Ésta trata de las razones que tenemos para tener en cuenta a los animales no humanos, y de si está justificado discriminarlos o no, como sucede hoy en día por causa del especismo.
Como la ética se ocupa de reflexionar sobre cómo vivir, y el modo en el que vivimos afecta a los animales no humanos, está claro que la Ética Animal tendría que ser de gran importancia en los estudios en ética. Desgraciadamente, todavía recibe mucha menos atención de la que debería.
Las razones para respetar a los animales no humanos son las mismas que las razones para respetar a otros seres humanos, o para que otros nos respeten a nosotros y nosotras
Sobre esto es importante tener en cuenta una cosa. Para respetar a los animales no necesitamos una ética nueva. En realidad, muchas personas en nuestra sociedad, si no la mayoría, ya aceptan que el sufrimiento y la muerte son cosas negativas. Están de acuerdo en que ayudar a los demás es algo positivo. Aceptan que beneficiarse a costa de causar daños a los demás que no aceptaríamos sufrir en nuestro caso no es justificable. Creen que hemos de actuar de forma coherente y en base a aquello que es verdaderamente relevante. Piensan que no debemos discriminar a nadie. Etcétera. Y estas ideas suponen tener en cuenta a los animales.
Es por esto por lo que no necesitamos principios éticos nuevos.
Simplemente, necesitamos mostrar que las posturas éticas que la mayoría de la gente ya tiene son incoherentes si no incluyen el pleno respeto por todos los animales sintientes. Que son sus propias ideas las que las han de llevar a adoptar una posición antiespecista. Mostrar esto es un objetivo básico de quienes trabajan en Ética Animal con un punto de vista antiespecista.
3. A diferencia de otros códigos formales, como los que nutren ciertas religiones, los principios animalistas carecen de premios y castigos “tangibles”. No hay ningún infierno reservado para los torturadores de animales no humanos. ¿Por qué respetar esos principios éticos?
Muchas personas no son religiosas y no creen que por respetar a los demás seres humanos les vayan a dar un premio, o que les vayan a castigar por no hacerlo. Y sin embargo lo hacen. Esto sucede así en distintas partes del mundo. De hecho, quienes verdaderamente respetan a los demás lo hacen por eso mismo, porque los tienen en cuenta, no porque ello pueda resultar en que ganen algún premio. (Esto, obviamente, al margen de que en ocasiones ayudar a los demás pueda ser satisfactorio).
En el caso de los animales no humanos sucede exactamente lo mismo. Las razones para respetar a los animales no humanos son las mismas que las razones para respetar a otros seres humanos, o para que otros nos respeten a nosotros y nosotras.
Supongamos el caso de alguien que no tiene en cuenta para nada a los demás y actúa de formas que dañan horriblemente a todo el mundo. La mayoría consideramos que alguien así es una persona repulsiva (por no usar otros términos que igual se nos vienen a la cabeza). Ahora bien, no habría ninguna diferencia entre alguien así y otra persona que solo respetase a los demás por el premio o castigo que podría recibir por ello y pasaría a dañar horriblemente a los demás si no existiese tal premio o castigo.
4. La lucha contra el especismo y la defensa de los derechos de los animales no humanos es joven respecto a otras reivindicaciones sociales como el fin del racismo, sexismo y en general cualquier mecanismo de discriminación. Sin embargo, comparten fundamentos. ¿Por qué hemos de esperar al siglo XX para que se materialice, formalmente, la defensa de los derechos animales?
Bueno, ya en la antigüedad te puedes encontrar a gente como Plutarco o Porfirio que presentaban muchos argumentos que a día de hoy seguimos usando para cuestionar la discriminación de los animales no humanos. A su vez, en el siglo XI nos encontramos al filósofo árabe vegano Al Ma’arri. Y en el siglo XIX tenemos a otro pionero antiespecista e igualitarista como Lewis Gompertz. Pero no dejan de ser figuras puntuales.
No es sencillo saber qué fue exactamente lo que ha provocado que haya sido en el siglo XX cuando ha aparecido el antiespecismo como movimiento y la defensa del fin de la explotación animal. Parece más o menos claro que un papel clave ahí lo han jugado las posibilidades mucho mayores para la transmisión de ideas que se dan a partir del siglo pasado y la existencia de una evolución en las actitudes morales, ligada a tales posibilidades y al acceso masivo a la cultura.
Tendríamos que estar más formadas sobre cuestiones diversas como estrategias de comunicación, estructura socio-política, nociones de biología animal, nutrición vegana, argumentación y ética
Por otra parte, algo que se discute es el papel que en esto jugó el movimiento por el bienestar animal. Éste surgió a principio del siglo XIX en núcleos urbanos del norte de Europa y del mundo anglosajón debido, entre otros factores, a que con el desarrollo urbano de esa época muchos animales eran matados o explotados hasta la muerte frente a todo el mundo en el centro de las ciudades, a la vista de todo el mundo. (Por ejemplo, muchos caballos morían en la calle explotados hasta la muerte pues por entonces eran el medio básico de transporte, y muchos bueyes, ovejas, cerdos y otros animales eran matados para ser comidos en plena plaza pública). Esto movilizó a los fundadores y fundadoras del entonces llamado movimiento para la prevención de la crueldad (que luego ha sido conocido como movimiento por el bienestar animal). Éste buscaba minimizar los daños que se infligen a los animales en su explotación, pero acepta que tal explotación tenga lugar.
Según una posible explicación de los hechos, la existencia de este movimiento pudo favorecer el surgimiento posterior del antiespecismo. Según otra interpretación, no fue el movimiento por el bienestar animal el que propició el surgimiento del antiespecismo, sino que ambos movimientos tuvieron una causa común. De acuerdo con esto, el bienestarismo habría aparecido antes por ser más aceptable y por no darse aún en el siglo XIX las condiciones para la aparición del antiespecismo.
En cualquier caso, esto no tiene implicaciones en relación a las críticas que se puedan hacer al movimiento por el bienestar animal por aceptar el uso de animales. Ni lo es en relación a cuál es la mejor estrategia a seguir por el antiespecismo. Esas son cuestiones distintas de esta por la que me has preguntado, que tiene que ver con el origen histórico del antiespecismo.