... o dicho menos políticamente correcto, "Moros y Cristianos"
Apto para veg*anos
Categoria: Platos Principales: Legumbres
Vista aérea de la trifulca
¡Atacad el flanco!
Cuentan las crónicas que en el año 722 Don Pelayo con dos cojones resistió a los mususmanes a base de orgullo y coraje, dando comienzo a la reconquista de la península y a la gloriosa Edad Media (nuestras buenas sanguijuelas para curar, la corrupta entrepierna de Isabel la Católica, etc). Contaba mi profesor de historia del BUP (sí, cuando los dinosaurios nos robaban la pelota en el patio del colegio e íbamos montados en pterodáctilo a clase) que seguramente fué más una escaramuza con este tal Pelayo tirando piedros cuan neanthertal desde la cima, que una gloriosa victoria en el campo de batalla. El caso es que tamaña hazaña debe ser contada como Dios manda. Las cantidades varían en función de quien cuente la historia:
Ingredientes:
Por el bando cristiano:
- Valerosos soldados de arroz blanco.
- Dos piedros de cebolla para catapulta
- Un gordo y repetitivo diente de ajo.
- Un estilete con forma pimiento rojo de esos afilados.
- Cuarto de champiñones arrojadizos.
Por el bando moro:
- Infieles judías negras.
- Los altos mandos zanahoria gorda, puerro lustroso y tomate pelado.
- Una hoja de laurel.
- China de hachis en forma de pastilla de caldo vegetal, a modo de estimulante (opcional, los más puristas rechazan esta versión)
Por el bando de Covadonga:
- Sal al gusto.
El malvado ejército moro, sumergido desde el día antes en agua para lavarse (queda fatal entrar en combate con las uñas chocolateadas), se despierta al alba. Descartan el agua, negra como el aparato urogenital de un grillo, y se sumergen de nuevo, esta vez a fuego lento, en un nuevo agua aromatizado al laurel y el hachis vegetal. Acompañados de su general zanahoria gorda, el capitán puerro y el comandante "tomate pelado para que no se te queden paluegos en los dientes", aguardan a fuego suave pero borboteante. Cada 30 minutos, un chorro de agua fria les mantiene con la piel entera. Asustarles se llama, pero ellos lo llaman "cagontupadre, vale ya con el chorrito de las narices".
Pasadas aproximadamente dos horas, una avanzadilla de Don Pelayo, capturan al general, al capitán y al comandante, junto a unos fieles moros y los pasan por la temible arma llamada "minipimer". Incluso se habló de "el chino", pero les pareció demasiado laborioso limpiarlo, que no salen las pielecitas de las narices. Para mayor escarnio, una vez hechos puré, los lanzaron de nuevo para minar la moral infiel.
Por otro lado, el valeroso Don Pelayo, preparaba su memorable defensa. Dos cebollas picadas para aturdir el sentido de la vista del enemigo, fileteó los champiñones para golpear con fuerza, y picó el pimiento afilado para metérselo por ... donde más les duela. Un ajo majadito, para que además de morir, se les repita toda la tarde. Fuego vivo, dorados los ingredientes, listo para armar al más fabuloso ejercito jamás imaginado. Sus inmaculados valientes, cocidos hasta el punto, sin pasarse que luego quedan como un engrudo, se entremezclan en una orgía de aceite, sartén y fuego, con el sofrito anterior.
En la montaña de Covadonga se asienta el ejército de Don Pelayo, rodeado por incontables infieles sedientos de impregnar con su sabor a sus soldados. El duelo está servidor.
En este caso, sus plegarias a sus dioses no les sirvieron de nada, por que casi me como hasta el laurel ;-)
Besitos.
P.D: si alguien consigue con esta receta, hacer un plato comestible, que mande fotos, por favor.
P.D.2: Si consigue montar una estantería Gronjayen o invocar a Cthulhu, también.