Siento que estoy llegando al límite que mi raciocinio me permite. Ha llegado el momento de quitarse la última máscara, aquella que nos impide decir lo que pensamos en el último compartimento. Me gustaría expulsar absolutamente todo y quedarme vacío. Creo que somos unos totalitarios, nos creemos en posesión de la verdad, nuestra verdad y ni siquiera conocemos un 1% de lo que nos daría la llave de la existencia. Jugamos a ser alguien y no somos nada, nada más que una máquina de ser soberbios, mezquinos, cobardes y autoritarios. Ésta bien podría pasar por ser mi carta antes del suicidio, pero por fortuna conservo algo muy adentro que me impide hacerlo. Realmente todos tendríamos motivos aparentes para quitarnos la vida. Para hacer ésta crónica, debo apartarme totalmente de mi personaje en éste teatro, debo salir de él, de lo contrario no podría soltar todo el veneno. Salir de él es meterme de lleno en el saco. Buscamos un remedio, una verdad, un sentido, y no lo hay, sabemos que jamás lo encontraremos por nosotros mismos. Pretendemos hacerle entender a un insecto la teoría de la relatividad. Repito: NO SOMOS NADA!!! ¿cuando tendremos humildad? ¿cuando nos postraremos ante el creador de todo lo que nos rodea y lo que no percibimos? ¿por qué somos tan imbéciles? las personas que no creen en un creador...¿en qué creen? el ser humano perfecto no existe, al menos en ésta parte de nuestra existencia, y jamás de los jamases lo habrá, sin la intercensión del que posee la llave maestra de la vida. Todo, absolutamente todo puede ser montado y desmontado, conociendo el arte de la dialéctica. Vivimos en un contínuo juego, donde las realidades se crean y destruyen automáticamente; cada uno se apoya en la que le conviene. Hace unas semanas he puesto el video del chico calvo sobre el veganismo, en un foro en el que abundan personas que la sociedad llama de inteligencia superior. Hubo una batalla campal, ideas para todos los gustos, cada uno tenía su verdad. Ese mismo mensaje, en éste foro tuvo ideas totalmente opuestas, un cambio de realidad, un cambio del montaje, un cambio del teatro. Pero las circunstancias eran las mismas, los muertos también. ¿Cuantas personas a lo largo de los milenios se han hecho preguntas similares? ¿han llegado a la verdad suprema? NO y jamás se llegará, si no cuentas con el dador de vida, la finalidad última. Seguimos siendo soberbios, creemos que no necesitamos a ningún creador. El mundo jamás cambia, solamente la rueda coge impulso para volver a rodar.
No creo en un cambio social, económico. El verdadero cambio es sustituir la soberbia por el amor a DIOS.
Abrazos!