http://deuntrazo.blogspot.com/2008/03/mascotas.html
- La verdad es que canta bien y da cierta alegría a la casa. Desde pequeñita siempre he querido tener un tenor como mascota.
- Y ¿no te da pena tenerle ahí, enjaulado como a un delincuente?
- Que va -me contestó la anfitriona-. Mira, tiene todas sus necesidades cubiertas, hemos leído muchas revistas sobre las costumbres de los humanos y le hemos arreglado la jaula considerando todas estas cuestiones, mientras que en libertad no duraría ni dos días ¿no crees?
No, no lo creía.
- Bueno, entremos en casa que empieza a refrescar. -La anfitriona hizo un "cuchi-cuchi" cariñoso hacia el tenor y se dispuso a abandonar el balcón.
- ¿No vas a meter en casa al pobre tenor? -me asombré.
-No -contestó la anfitriona torciendo la nariz-. Cantar, canta todo lo bien que quieras, pero es un poco cochinito y a veces empieza a hacer sus necesidades... En el pequeño inodoro, sí, pero da un poco de cosa y además huele. Pero no te preocupes, está acostumbrado. Ya verás como enseguida encuentra un lugar donde acurrucarse y protegerse del viento.