Apto para veganos
Categoría: Postres y Dulces
Ingredientes:
Para 1 tarta de 21 cm de diámetro (6 raciones generosas).
Para la base de la tarta:
- 100 g galletas maría veganas
- 50 g margarina vegana
Para la mousse:
- 350 g fresas (limpias y sin hojas)
- 500 cl nata de soja para montar (tiene que estar bien fría)
- 20 g azúcar glas
- 100 g azúcar o fructosa (un poco menos si utilizáis fructosa)
- 2 ó 3 cucharadas de postre de agar-agar
Para la decoración:
- 7-8 fresas (limpias y sin hojas)
- Sirope o jarabe de fresa
- Agar-agar
Utensilios:
Molde redondo desmontable (21 cm de diámetro)
Batidora con varillas
Bol, espátula
Preparación
Base de la tarta:
Haced migas las galletas, ayudándoos de un mortero, un rodillo, un tenedor...
Derretid la margarina y añadidla a las galletas, mezclad todo bien. Verted la mezcla en el molde y cubrid con ella toda su superficie, aplastando bien para conseguir una base de un grosor lo más uniforme posible.
Meted en la nevera a refrigerar mientras preparáis la mousse.
Mousse de fresa:
Verted en un bol (de cristal o de acero inoxidable) la nata fría. Con la batidora y las varillas, batidla para comenzar a montarla. A mitad del proceso, cuando tengáis una textura similar a una crema espesa, añadid el azúcar glas y seguid batiendo hasta que la nata "monte" del todo. Reservad en la nevera.
Trocead groseramente las fresas y colocadlas en el vaso de la batidora con 60 ml de agua. Batid hasta que quede un batido suave y homogéneo. Verted este batido en un cazo de cocina (podéis colarlo para quitar las pepitas si la batidora no ha podido con ellas). Añadid el agar, mezclad bien y dejad reposar unos 10 min. Llevad a ebullición a fuego medio, dejad hervir un minuto y retidad. Verted en un bol y removed frecuentemente hasta que se enfríe y comience a espesar.
Mezclad bien dos o tres cucharadas de la nata montada con el puré de fresas, para aligerarlo un poco. Incorporad, entonces, el resto de la nata montada, con cuidado y suavemente, hasta conseguir una mezcla homogénea. Verted esta mousse en el molde con la base de galleta y con una espátula, repartidla de forma homogénea, intentando que la superficie quede lo más lisa posible. Refrigerad en la nevera.
Decoración:
Cortad las fresas (a lo alto) en laminas finas. Distribuid las laminas sobre la tarta (la mousse debe estar firme al tacto) como mejor os parezca, de forma circular, o recta, en filas... cubriéndola toda.
En un cazo pequeño, levad a ebullición 100 ml de agua con un chorrito de sirope de fresa y 1/8 cucharadita de agar bien mezclados. Hervid un minuto y dejad enfriar un poco. Cuando comience a espesar, verted el líquido sobre la capa de fresas de la tarta y trabajando rápido (se solidifica enseguida) repartidla uniformemente. Refrigerad al menos 1/2 hora antes de desmoldarla ¡y a disfrutar!
Comentarios:
La mousse es por sí sola, y como en otras recetas, un delicioso postre. En lugar de echarla sobre la base de la tarta, colocadla en vasos o copas o ramequines y refrigerad antes de servir.
Montar nata es sencillo, y puede hacerse también a mano, pero requiere algo de práctica. Para tener éxito es importante que la nata y los utensilios que utilicemos estén fríos (sobre todo en verano). Podéis meter en la nevera el bol y las varillas un rato antes de utilizarlas, o colocad otro bol con hielo, agua y un puñado de sal debajo del bol en el que está la nata para mantenerla fría.
Lo más difícil con la nata montada es saber cuando dejar de batir ya que si batimos demasiado, la nata se cortará. Aparte del aspecto y la textura, hay "truquillos" para saber cuando la nata está ya lista, como voltear el recipiente y que no se caiga, observar los picos que dejan las varillas al retirarlas, que deben ser picos firmes y que se mantangan derechos sin doblarse sobre sí mismos, o pasar un dedo por la nata y que quede una marca bien definida...
La tarta está más rica recién hecha; las fresas son delicadas y se ponen feas enseguida, pero la última capa de gelatina de la tarta ayuda a que aguante un par de días en la nevera.
Podéis utilizar algún sirope en vez del azúcar para endulzar, aunque quizá altere un poco el delicado sabor de las fresas, o utilizar menos azúcar si os resulta demasiado dulce.