Esta mañana me he despertado con un dato que me ha puesto de muy mal humor: de las 40 víctimas por violencia de género que llevamos en lo que va de año, 11 habían denunciado a sus maltratadores. Pero no se hizo una correcta valoración del riesgo, y eso permitió que sus agresores dieran con ellas y acabaran con sus vidas.
Siempre digo que la medida para evaluar correctamente si la Ley Integral contra la Violencia de Género está funcionando no debe ser el número de mujeres asesinadas anualmente, que si se concibió en su día como una ley integral es por una buena razón. También que la violencia de género tiene muchas más facetas y que centrarnos en las agresiones violentas, y en concreto las que tienen trágico final, es una forma de oscurecer el resto del cuadro, que es mucho más complejo.