En el punto 2 del documento se introduce una definición de lo que es la violencia de género a partir de lo que "se especifica" al respecto en la Declaración de la ONU sobre Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Ahí se recogen las alusiones a "amenazas" y "coacciones" que la LIVG ha introducido. Es una definición que incluye no sólo la violencia de género en la pareja (única que atiende la LIVG), sino cualquier manifestación de la violencia de género, en la vida pública o en la privada. Pero sobre todo,
es una definición que deja bien claro que no se trata de toda violencia ejercida contra una mujer, sino de toda violencia "basada en la pertenencia al sexo femenino" de la mujer que la padece. Por tanto, la LIVG no se ajusta a la definición de la Declaración de la ONU: por un lado, no contempla todos los tipos de violencia de género existentes; por el otro, considera violencia de género en la pareja cualquier caso de violencia (incluidas amenazas y coacciones leves) de un varón a una mujer, pero sólo debiera ser violencia de género si esa violencia estuviera "basada en la pertenencia al sexo femenino" de esa mujer. Esto suele expresarse diciendo que es la violencia contra la mujer "por el hecho de ser mujer". Así se dice en este documento en otro lugar. Obviamente, no todos los casos de violencia (en el grado que sea) contra una mujer han de estar basados en eso. De modo que si la LIVG lo presupone en todos los casos está engañando a los ciudadanos. La única manera de no engañarlos es exigir que sea probado en un juicio que la violencia del caso particular juzgado está "basada en la pertenencia al sexo femenino" de la mujer agredida.
Es evidente que no hay discriminación legal contra la mujer en España. Cabe, sin embargo, tener en cuenta ciertas discriminaciones que tienen lugar de hecho (por razones culturales) y que
puedan provocar subordinación de la mujer al varón en la pareja (por razones culturales, económicas o cualesquiera otras que quieran considerarse). Pero de ahí a establecer
por ley (y sin que haya que probarlo) que toda mujer en España está subordinada a su pareja masculina hay un paso muy grande: se llama prejuicio. Y es un prejuicio que ha supuesto la implantación de una
ley sexista en España contra los varones (por el hecho de serlo).
"las expertas" que han diseñado la LIVG han conseguido que la Ministra Pajín crea que "todos los expertos" dicen que "en TODOS los casos de violencia de varón a mujer en pareja se dan circunstancias machistas de subordinación"