No sé si se ha tratado este tema en este foro. Me gustaría saber qué opinan los foreros de la urinoterapia como alternativa para la autocuración de las enfermedades.
No sé si se ha tratado este tema en este foro. Me gustaría saber qué opinan los foreros de la urinoterapia como alternativa para la autocuración de las enfermedades.
Pues sin ser un experto en medicina y simplemente utilizando el sentido común, me parece una terapia carente de lógica. Una de las funciones de la orina es la eliminación de sustancias tóxicas del organismo. A partir de ahí, si alguien cree que eso le va a servir para curar enfermedades, allá él.
Eso no se llama de toda la vida.... Ejem.... Lluvia dorada?
Eso es cierto, "de toda la vida", como que he oído que esta terapia existe desde hace más de tres mil años, aunque apenas se hable de ella. Yo de hecho, no la conocía. Una persona vegana me habló de ella, y fue por eso por lo que conocí esta forma de medicarse. En Wikipedia tendréis más información. Pero la opinión de Wikipedia no es positiva. No tengo nada contra esa opinión negativa; pero si la urinoterapia funcionase realmente mandaría al carajo la industria farmacéutica; algo que, obviamente, no le conviene al sistema.
Amatullo: no es tan sencillo como lo planteas. Casi todos los medicamentos son tóxicos a partir de cierta dosis. Una medicina bien dosificada, cura; de lo contrario, es veneno. En una alimentación sana (sana, repito) he oído decir, pero yo no soy experto, que la orina es un medicamento. En cambio, si la persona come lo que sea, la orina es tóxica. Y un detalle fundamental: es incompatible con los medicamentos. Si tomas aspirinas no puedes beber tu orina. ¡Vaya, me ha salido un pareado!
No. La lluvia dorada es 'otra cosa', Riply
Si pudiéramos curarnos chupando piedras del suelo, eso también mandaría al carajo la industria farmacéutica; algo que, obviamente, no le conviene al sistema. ¿Vamos a creer cualquier patochada con la excusa de que a las farmacéuticas no les conviene?
A mi curarse bebiendo tu propia orina me parece tan absurdo, o más, que curarse chupando piedras.
Perdona, Oriola, sin quererlo me has hecho reír. No era mi intención. Creo que has sido suave. "¿Absurdo, dices?" A mí cuando me lo contaron no pensé en que era absurdo, sino peor aún: "asqueroso", "grotesco", "ridículo", "salvaje"... Yo pensé todo eso, y con mis escrúpulos encima puse cara amarilla al oírlo. Pero siguieron hablándome, y entonces hubo testimonios que aportaron vivencias personales. Gente que conoce, gente que ha probado... Ya la cosa cambia. Con lo prejuicios encima, la urinoterapia es una solemne tontería. Sin los prejuicios, no sé, no estoy tan seguro de que sea una tontería, cada uno sabe lo que hace con su cuerpo... O cree saberlo.
No es nada absurdo, conozco a bastantes personas que la practican, sobre todo los crudívoros. Y sí, el contenido, el sabor y el olor depende de lo con que uno se alimenta. La comida procesada es muy ácida y deja muchas toxinas en el cuerpo. La orina refleja el estado interno del organismo. Si esté todo en orden adentro, no debe por qué ser asquerosa, sino es como una infusión con el sabor suave.
Si no gozas de una salud perfecta, quita la basura de tus intestinos e intenta mantenerlos limpios.
También se puede sobrevivir consumiendo comida dañada por las temperaturas, pero deja mucho que desear.
Bueno, voy a aportar mi testimonio. Tal vez pueda servir a la comunidad. Un día me dijeron que el saber hay que compartirlo, no guardarlo para sí.
Hace un mes me hubiera dado vergüenza reconocer que bebo mi propia orina. Ahora ya no me la da.
Tras haber oído esta recomendación de una persona digna de crédito, y que además se la veía estupenda, decidí probar. La primera vez me dieron arcadas, casi vomito. Pero insistí. Al cabo de dos semanas, añadí un poco de leche de soja para disimular. Y solo la bebía en caliente, recién salida. Luego comprobé que mi orina era casi transparente y tenía un olor suave, apenas perceptible. Pero esto cambia a según qué horas del día, por la tarde suele ser más oscura. Aunque no huele mal. Otro día comprobé que no me hacía daño, pues al principio había temido los efectos secundarios. Más bien me sentaba bien. Y con ella sigo, lo reconozco.
La persona me lo había recomendado en una época en que estaba enfermo. Ahora me siento sano como una manzana. Mejor que nunca. No puedo decir que se deba a la urinoterapia. Mi alimentación ha cambiado también. Forzado por la calidad de la orina, he buscado alimentos fáciles de digerir, crudos casi todos, aunque no he renunciado a la tortilla ni al arroz hervido, que tomo de vez en cuando. En cualquier caso, este método de sanación no me ha hecho daño. Eso seguro.