A mí me gusta mucho el detallismo. No sé, como hoy, en que he llegado a casa cansada y mi churri me había preparado una riquísima cena a base de calabaza, fideos mungo, anacardos y no sé qué salsa, se había inventado esa receta para mí. Pues esas cosas son muy chulis. Pero luego pienso en cómo mi abuelo trataba a mi abuela, que la tenía todo el día "mimada" en plan "a lo bestia", que cualquier cosa que dijera se convertía en orden para él, que él la cuidaba más como a una hija con necesidad de tutela que como a una esposa... pues ya eso no me mola tanto. Y que conste que cuando era pequeña veía a mis abuelos como el paradigma del amor, pues no discutían jamás, y tenían esa relación tan especial y me parecía maravilloso... pero hoy, años después de que haya muerto mi abuelo, pienso que esa relación estaba muy desequilibrada, que no era un amor sano, que ni ella era una niña ni él tenía que ser ningún esclavo. No sé. En el término medio, en el equilibrio, como dice Cor-de-laranja, está la virtud.