Buff, no sé qué decirte. Yo creo que ya haces todo lo posible para que se sienta lo más protegido del mundo, que es darle miles de mimos el tiempo que pasas con él, así que por ese lado creo que no te puedo decir mucho más. Lo que pasa es que simplemente, no le gusta estar sin mamá y papá (porque también supongo que en la guarde los tratan bien) y no sabe aun gestionar ni expresar su enfado de otras maneras.
Si te puedes permitir reducir jornada y te quedas más tranquila, pues adelante.
Pero yo creo que tampoco nos tenemos que torturar tanto. Hay un blog que se llama "buenos tratos", escrito por un psicólogo (super fan del apego) que trata a niños o adolescentes, que muchas veces están en proceso de acogida pero han pasado por alguna situación de desamparo, abandono o maltrato en algún momento, y él dice que el cerebro es muy plástico, y que incluso habiendo pasado por lo peor, el apego es tan poderoso que con un buen referente que te devuelva la seguridad perdida, se pueden recuperar ciertas conexiones neuronales, conductas olvidadas o nunca aprendidas etc...
Te lo comento porque a mi esto me ayudó a relativizar. Si niños que han pasado por todo eso pueden tener una buena resiliencia, aunque nuestros peques a veces pasen por situaciones para ellos dificiles, teniendonos solo cinco minutos después para consoloarlos, serán muy felices y no les va a quedar ningún trauma por haber ido a la guarde no muy contentos.
Pero es duro, ya sé!
El mío a la guarde va contento, pero este mes no está su padre entre semana y también lo está pasando mal. La semana pasada, el lunes bajamos las escaleras por la mañana y lo primero que hizo fue ir llamando por papá primero a la cocina, luego al salón y luego al comedor. Vamos, que se dio cuenta que no estaba en camita con nosotros. Y el fin de semana tenía una papitis, que cada vez que su padre salía de casa aunque fuera a coger algo al coche, se quedaba llorando, cosa que no hizo jamás. Pero creo que ahora se da cuenta de que a veces cuando sale no vuelve. Así que... da penita. Pero no hay solución, este mes su padre trabaja fuera y es lo que hay. Todo lo que puedo hacer es compensarle con muchos mimos e intentando que esté entretenido.
Por otro lado, con esta edad entienden un montón, aunque no hablen. Hoy mismo Dani se remoloneaba para cambiar el pañal por la mañana y le dije, quieres ir al cole? Y ya se tumbó para que le cambiara y empezó a agitar los brazos bailando una canción que le canto sobre el cole, y tiene una coreografia de brazos
. Y eso que yo no la estaba cantando aun. No sé, lo digo porque si por las mañanas le vais explicando lo que va a pasar en el cole (juguetes que hayais visto por alli, los nombres de los compañeros) y le cantais la misma canción cada día y luego de camino al cole tu marido también le va contando con entusiasmo lo que van a hacer en el cole, y que luego viene mamá y vais un rato al parque (es un decir)... quizá así se va ubicando. No sé, igual todo eso no influye nada. O igual ya haceis algo parecido. Yo es que ahora aprovecho mucho que entiende un montón. Es más, nada más ir a buscarlo, lo cojo, lo abrazo lo besuqueo... y le pregunto si lo pasó bien y ya me dice "tishh!" Luego ya me lo llevo en brazos a casa ( son 4 minutos y así le compenso la separación) y ya le voy diciendo que lo eché de menos y al llegar a casa puede tomar teta, y vamos juntos a camita... no sé, como una forma de que vea que ahora estoy 100% para él. Aunque lo vaya a estar igual, es el hecho de decírselo y que poco a poco vaya entiendiendo la rutina: primero cole pero luego muuuucha mamá.
En fin, no sé, pero ánimo, que tu chicote va a estar genial!!!
Ahora una anécdota, el sábado tuvimos boda, frente a mi en diagonal una pareja con un bebé de 11 semanas y un niño de 9 años. Veganos, pañales eco (es que los vi, jeje), el bebé a la teta o en brazos toda la noche y... papis respetuosos seguidores de la crianza con apego. Bueno, no os os podéis imaginar el dulce de niño de 9 años. Jugó muchísimo con Dani, se partía de risa porque dani le imitaba, en la mesa cuando me cruzaba una mirada con él, lejos de intimidarle me devolvía una sonrisa enoooorme! Y luego en los discursos (típicos de las bodas aquí en Inglaterra) se pasó todo el rato en las rodillas de su padre -no muy tipico en niños (varones) de esa edad. Me pareció todo muy bonito. Un niño alegre total, sin una mala cara a sus padres en toda la noche, con una conexión con ellos genial, ni una riña, ni un grito hacia él... Seguro que también en algún momento fue a la guardería y lloró, jeje, pero lo importante es lo que queda al final