El primer mensaje que recibí de ese número era esta cita de Bertrand Russell: "Uno de los principales problemas de la humanidad es que los ignorantes siempre están seguros y los inteligentes siempre tienen dudas". Lo recibí el día en que -intenté- resolver el ejercicio de Lógica. Supongo que cuando tuve que explicar la refutación que yo hacía al argumento debía verme o muy seguro de mí mismo o muy tímido. Eso o se equivocó de número.
En el segundo decía que le gustaba ver "Cosmos" (el programa divulgativo basado en el libro de Carl Sagan). Supuse, nuevamente, que había un malentendido.
Y el tercero era la recomendación de leerme la saga de "Fundación" de Isaac Asimov.
En cuanto a preocuparme: yo normalmente pienso que la gente que me elogia lo hace para no hacerme quedar en ridículo, que cualquier cosa que afirme sea falsa, que cometa un error, que le dé a los demás la impresión de ser muy presuntuoso, que me faltaron tales puntos en el examen o que me sobraron estos otros, que alguien me está persiguiendo, que mis padres están haciendo un complot con la gente para reproducir situaciones artificiales en mi vida cotidiana, etc. Yo me preocupo por todo lo habido y por haber. Por más ridículo o imposible que resulte. Y cuando alguien me atrae normalmente no hago nada porque me he convencido a mí mismo de que yo no le puedo atraer a nadie. Que nunca podré ser un conversador grandilocuente, ni una celebridad interesante, ni un donjuán dotado de atractivos. Y no, no lo digo para que me tiren flores.