Arte contra ordenanza en Barcelona

[Malatesta]

Un joven sevillano ata objetos a semáforos y farolas después de que la Guardia Urbana le quitara su bici aparcada en la calle.

Algunos objetos apenas se ven. Ante una cacerola encadenada a un semáforo en la esquina de la avenida de Madrid con la calle de Vallespir, en una esquina de la plaza del Centre (Les Corts), nadie se detiene. Pero en la esquina de enfrente, un jarrón con flores en el suelo, con un pequeño candado también atado a un semáforo, llama la atención de casi todos. "¿Quién ha muerto aquí? ¿Ha sido un accidente?", preguntan los clientes de la farmacia cercana.

Los farmacéuticos ya saben qué responder, después de que Paco se lo haya explicado. Este sevillano de 24 años ha decorado las calles en las últimas semanas con decenas de objetos muy dispares, aunque todos relacionados con la casa. Con su casa. Una nevera, un triciclo, un bolso, una bota, el marco de un espejo, un juguete... "Algunos duran pocos días, otros meses. Me gusta cómo la gente los mira y se pregunta qué hacen ahí. Los objetos hacen reflexionar sobre lo cotidiano, que es lo que busco".

La multa, en candados
Paco prefiere salir sin apellido, por si su invento artístico infringiera alguna ordenanza municipal, que es precisamente lo que quiere denunciar. El verano pasado, al llegar un día a casa, descubrió que había desaparecido su bicicleta, y otras muchas más. El dueño de una tienda le dijo que se las había llevado la Guardia Urbana. "Tenía que pagar 59 euros en el depósito para recuperarla, y comprarme otro candado. Pensaba que era mejor gastarme ese dinero en este proyecto". Y 59 euros es el nombre del invento.

Compró pequeños candados muy baratos para atar objetos donde se le ocurre, sobre todo en Sants y Les Corts. Se hace llamar Pacotilla y bajo ese nombre publicita en internet (http://59euros.wordpress.com) sus intervenciones. E invita a otros a seguirlo. "Dejo que tengan su propia vida en el espacio urbano y que la gente deje correr su imaginación".

Eso le pasó con el dueño, italiano, de una panadería que encontró una bota atada en una farola delante de su negocio. "Me preguntó el porqué, le conté la historia pero le pedí que a sus clientes les explicara lo que quisiera. Así, se inventó, entre otras cosas, que esa bota era la señal de la mafia de que le iban a cortar una pierna...", relata.

Pacotilla no sabe quién retira los objetos que él deja. Ni siempre vuelve al lugar donde los ha dejado. El testimonio perpetuo ya está en internet, la calle es para las vidas efímeras. Un empleado de BCNTrànsit del ayuntamiento se mira la cacerola atada al semáforo. Se le pregunta si está prohibido. "¿Y qué?" contesta. "Aquí todo está prohibido ya. Fumar, beber, atar una olla a un semáforo... ¿Qué más da?". Pacotilla sonríe.

En este enlace se puede ver un vídeo con imágenes de las intervenciones en la calle y una entrevista al autor.
http://www.elperiodico.com/default.a...cio_PK=1011&h=

[Toni]

Lo que no está prohibido es ir desnudo por la calle, fíjate tú.

[Aniel]

Anda pues no sabia yo que se podia ir desnudo por la calle.....todo sera cuestion de ponerlo de moda para que lo prohiban.
Muy original este tipo, todo lo que sea joder un poquitin a los policias y ayuntamientos me parece genial.

[tormenta]

No se por qué pero me gusta la idea...

[arrels]

No se por qué pero me gusta la idea...

a mi también

[adicte]

Atar a mi compi de curro cazador vale?

[sujal]

A este ciudadano deberían agradecerle que se mueva en bicicleta por la ciudad y punto.