CitarNada, seguimos sin querer ver la realidad y sin hacer lo que tenemos que hacer. Hasta que el primer mundo no deje de comer carne, los corruptos gobiernos del tercer mundo seguirán vendiendo el alimento al primer mundo para el engorde del ganado...
Nada, seguimos sin querer ver la realidad y sin hacer lo que tenemos que hacer. Hasta que el primer mundo no deje de comer carne, los corruptos gobiernos del tercer mundo seguirán vendiendo el alimento al primer mundo para el engorde del ganado...
En esto me aparto del discurso habitual de echar todas las culpas a los encorbatados gobernantes, insensibles con la lamentable realidad de los desfavorecidos. Reconozcamoslo: los gobernantes no son sino un puro reflejo de los intereses de la sociedad en su conjunto. Perfecto criticar a los políticos, pero siempre que también las críticas se extiendan a unos ciudadanos de a pie a los que les importa muy poco lo que les ocurra a los nigerianos. Bueno, de boquilla, todos dicen estar escandalizados, pero en la práctica muy pocos están dispuestos a cambiar las reglas de juego que tanto nos benefician. Y la prueba más evidente es ver cuántos votos se llevan los partidos más dispuestos a realizar cambios estructurales: poquísimos, y cada vez menos. Imaginad si se montara una formación que proclamara que hemos de cambiar sensiblemente nuestros hábitos de vida y de consumo, que el concepto de crecimiento económico apenas es compatible con un futuro sostenible y con la justicia mundial. ¿Qué resultados obtendría en las urnas? Por tanto, no caigamos en el error de cargar las tintas sobre los políticos, que en el fondo ellos hacen lo que desean sus electores.
Lo entiendo, pero en este caso nos encaminamos hacia una crisis muy grave, y creo que a corto plazo la sociedad entendería que ellos fueran un poco más "políticamente incorrectos" y tomaran las decisiones apropiadas.
¿qué alternativas tenemos?
Cierto, los gobernantes obedecen a la opinión pública y los intereses más comunes. Estos intereses están modelados por la estrategia económica seguida por las empresas y los supuestos apetitos del consumidor.
Nadie dirige nada y todos un poco. O hay acuerdo entre administraciones, empresas y ciudadanos/consumidores, o nada hay que hacer. Por supuesto en nuestra mano está poner nuestro granito de arena en ese acto muchas veces compulsivo del consumo. Algo llamado Consumo Responsable es la llave a un cambio satisfactorio. Quizás seamos nosotros, como comenta erfoud, los que tengamos que llevar la iniciativa, pues cuanto más complejo es el ámbito de decisión, menos capacidad hay de juego en un espacio de intereses enfrentados.
No creo que exista una opinión pública sin que esta antes haya sido influenciada por los medios. La gente no tiene criterio en general, se deja llevar por las modas y son unos pocos los que mandan en el cotarro y tienen poder suficiente para mandar sobre el resto.
¿Su arma? El miedo. Lo utilizan para todo y metiendo miedo a la gente, sueles movilizar a bastante. Y pobre de ti como digas: no tengo miedo. Irán a por ti.
¡Me había dejado a los medios de comunicación de masas en el tintero! ¡Craso error! ¡Qué mundo más influído!
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