Tu historia me trae lejanos recuerdos, si rastreas mis post verás que los conejos salen mucho en mis recuerdos de infancia. Mi padre cada domingo mataba uno para hacer el arroz y cada domingo había bronca en casa, dependiendo del grado de amistad que había establecido con el pobre conejo elegido. Ellos fueron casi el primer contacto que tuve con animales y me parecen muy tiernos, muy bonitos, tanto que aunque comía de todo, hace ya como 5 o 6 años que en casa decidimos desterrar el conejo porque, como el caballo, simplemente ni mi compi ni mi hijo ni por supuesto yo podíamos comerlos... ver un conejo despellejado me provoca escalofríos de asco y repulsión...
Estoy haciendo limpieza de revistas de cocina en casa, ayer cayó en mis manos una que enseñaba la receta de unos pajaritos pequeños rellenos de queso. Por primera vez me dio asco. Está claro que voy a regalar las revistas, ¿para qué quiero yo recetas para cocinar cadáveres? me pareció incluso obsceno...
Un besito, Blancaflower
Rosa