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LA VEGETARIANA: MÓNICA, EMPRESARIA. EL OMNÍVORO: JAVIER, ABOGADO Y EMPRESARIO.
* En el Super- mercado
“De la compra se encarga Mónica porque come cosas más complicadas”
Javier
El primer choque llega en el súper. “Al principio íbamos los dos. Ahora se encarga Mónica porque come cosas más complicadas. Es más fácil que yo me adapte a su comida que ella a la mía”, afirma Javier.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios, la cesta de la compra de los vegetarianos llega a ser un 20% más cara. “Es una cuestión de mercado”, afirma el experto Julio Basulto. “Si todos los niños toman yogures de vaca se puede bajar el precio; si son pocos los que los consumen de soja es normal que sean tan caros”. Para la doctora Úbeda, influye que muchos están modificados: “Por ejemplo, los texturizados de soja que parecen carne. Modificar estos productos para que tengan un efecto psicológico y parezcan carne los encarece”.
* Frente a la nevera
“Gracias a Mónica he conquistado el reino de las frutas”
Javier
“Antes de conocer a Mónica apenas comía fruta. Algunos tipos, como los kiwis, ni siquiera los había probado. Ahora no puedo pasar sin ellos. Gracias a Mónica he conquistado el reino de las frutas”, afirma Javier. Los básicos en su nevera son la leche de vaca, la fruta y la verdura. “Y me encanta el jamón de pata negra”, añade. En el estante de Mónica también hay fruta y verdura; además, yogures de soja, aceite de lino…
Pero como en la nevera de tantas parejas en las que uno es vegetariano, cada vez hay más transferencias de la zona de Mónica a la de Javier: “Cuando le conocí, Javier odiaba el chocolate negro. Ahora vuela, y no es por mí”. También hay productos fuera de esa circunferencia de consenso. “No podría con su desayuno: yo nunca tomaría aceite de lino en la tostada y leche de soja”, afirma él.
“Una dieta debe ser equilibrada”, explica la doctora Úbeda. “Ningún alimento contiene todos los nutrientes, por eso el hombre necesita ser omnívoro. En la nevera de un vegetariano prestaría especial atención a que no faltasen los lácteos”.
* Cenando fuera
“Algún amigo de Javier no puede evitar recomendarme un buen solomillo con patatas para no estar tan delgada”
Mónica
“La primera vez que salimos fuimos a una taberna y pedí croquetas… me las comí yo solo, claro. Tomé nota, y hasta hoy”, afirma Javier. “En casa no hay problema. Cocina el que menos cansado esté. Siempre hay algo que nos apetezca a los dos”. Cuando quedan para cenar o van a casa de alguien pican antes de salir. Si no, corren el riesgo de que Mónica vuelva sin cenar.
Según la American Dietetic Association, ocho de cada 10 restaurantes americanos ofrecen menús vegetarianos, pero en nuestro país, eso apenas existe. Más complicado aún, mantiene Mónica, es ir de pinchos.
“Cuando vamos a casa de amigos de confianza”, continúa, “saben que a mí me tienen que poner algo sin carne. Si no se acuerdan, procuro no hacer el feo: tomar un poquito y disimular con el resto… Mis amigas están encantadas. Como leo mucho sobre alimentación, me preguntan qué es bueno para tal o cual cosa. Los chicos son otra cosa. Algún amigo de Javier no puede evitar recomendarme un buen solomillo con patatas para no estar tan delgada…”.
LA VEGETARIANA: AÍDA, ODONTÓLOGA. EL OMNÍVORO: FAWSY, INGENIERO DE TELECOMUNICACIONES.
* Cocinando en casa
“El guiso sin carne está igual de rico”
Aída
Aída quiere acabar con el mito de que el vegetariano sólo vive de verdura: “No es lo único que comemos. A mí no es lo que más me gusta. ¿Sabes cuándo no me queda más remedio que comerla? En las bodas. Sólo tomo el acompañamiento de los platos y, claro, todo el mundo se va pensando que los vegetarianos nos alimentamos de verde”. En casa su dieta es más variada. Adapta el plato a su manera de comer: “Mi abuela, que es siria, me prepara un guiso a base de carne, pero sin echársela, ¡y está igual de rico!”. “Todos los platos se pueden adaptar nutricionalmente y en sabor. Los derivados de la soja sustituyen a la carne de forma sana y sabrosa”, afirma Basulto. Pero otros nutricionistas, como Úbeda, discrepan: “Los vegetarianos tienen déficit de proteínas, minerales esenciales y, sobre todo, vitamina B12, sólo presente en el pescado y el hígado”.
* Cenando en casa
“En cuanto me vaya a vivir con ella me haré también vegetariano”
Fawsy
“Todo alrededor hace más fácil la vida a la persona que come carne, por eso yo aún continúo haciéndolo. Pero, dentro de 10 meses, en cuanto me vaya a vivir con Aída, me haré también vegetariano”. Fawsy no quiere herir los sentimientos de su madre, que le prepara la comida para ir al trabajo, ni dejar de salir a cenar con algunos amigos que no lo entienden. “Ahora bien, por respeto, soy incapaz de comerme un chuletón cuando estoy con Aída”, asegura.
¿Y las familias? ¿La entienden? La de Aída la apoya en su vegetarianismo. “Mi madre, muy de vez en cuando, se toma un bocadillo de jamón. No se esconde de mí, pero se justifica, como si le diera un poco de vergüenza o algo parecido”, explica. La familia de Fawsy, sin embargo... “Mi suegra piensa que soy una mala influencia para su hijo”, cuenta. “Le da miedo que Fawsy se alimente mal por mi culpa. Y eso que sabe que, desde que soy vegetariana, mis análisis están mejor que nunca”. Pero, claro, no se puede convencer a todo el mundo...”.
* Con Los Amigos
“Desde que saben que Aída es vegetariana algunos amigos han dejado de llamarnos”
Fawsy
“No nos ha quedado más remedio”, comienza a decir Fawsy. “Hemos cambiado de amigos. Antes salíamos cada fin de semana con una pareja y, desde que se enteraron del cambio de Aída, han dejado de llamarnos”. Pero a ellos no parece importarles mucho.
“La verdad, gracias al vegetarianismo hemos encontrado a gente muy maja, muy sencilla y muy concienciada con los derechos de los animales y con la sostenibilidad” remarca Aída. “Yo soy voluntaria en un albergue de perros, apadrino niños, algún verano me he ido de cooperante a países del Tercer Mundo… Hasta ahora era el bicho raro de mis amigos, que no hacían nada por el planeta. Desde que me metí en este mundillo hemos descubierto a gente con nuestra sensibilidad, que no sólo se preocupa por los animales, sino por los niños, por el planeta…”.
Las primeras asociaciones vegetarianas se organizaron en España en 1920, “aunque desde antiguo ha habido vegetarianos en nuestro país. El franquismo acabó con estas asociaciones. Ahora están en pleno desarrollo”, explica David Román, estudioso del tema. La Unión Vegetariana Española, una de las asociaciones con más peso, tiene 300 socios y 500 simpatizantes.
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TIPOS DE VEGETARIANOS
Existen varios tipos de vegetarianos, según lo que comen y cómo lo comen. Los siguientes son los más habituales.
Ovo-lacto-vegetariano. Comen huevos y todos los derivados lácteos, pero no carne ni pescado. Como opción ética piensan que, para consumir huevos y leche, no hay que matar al animal.
Ovo-vegetarianos. Igual que los anteriores, pero no toman derivados lácteos.
Veganos. Son los vegetarianos estrictos, sólo se alimentan de productos que no tengan origen animal.
Veganos completos. Rechazan los productos animales incluso en el vestir.
Frutívoros. Sólo comen frutas y frutos secos.
Crudívoros. Sólo se alimentan de productos de origen vegetal sin cocinar. No toman pasta ni verduras hervidas.
http://www.elmundo.es/suplementos/ma...194165225.html
(Gracias a Garnet por enseñarnos el artículo)