A mí me parece que dentro de unos límites cada cual puede llevar, de forma personal, lo que quiera. Siempre que no sea una imposición.
Velos, crucifijos, el yin y el yan, trisqueles tatuados, pirsins (o como se escriba) o bufandas de un club de futbol.
A mi "plin".
No me parece que venga a cuento, eso sí, los símbolos religiosos en las instituciones públicas, no obstante también puedo convirvir con ello siempre que tenga el mismo derecho el cristiano, que el musulmán, que el budista, que el satánico.
Alex