Lo que pasa es que en las grandes desgracias todo lo humano se queda al descubierto y se puede apreciar la esencia de cada persona en su estado más puro: quien es ruin, aprovecha para dar rienda suelta a sus mezquindades, quien es cobarde, huye y se esconde, quien es valiente, se enfrenta a los contratiempos, quien es bondadoso, se dedica a ayudar a los demás...