Este domingo fui a casa de unos familiares a comer. Habían hecho ensaladilla rusa, osea que mezclaron atún en lata, y pusieron anchoas, olivas rellenas de anchoas, y por supuesto huevos. Hubiesen cocinado canalones, o rustido, pero como saben que soy vegetariano (o quizás vegetaLiano), y que los vegetarianos no comen carne... vamos, que lo hicieron pensando en mí.
No tenía ganas de ponerme a discutir, así que me lo comí todo. Eso sí, les expliqué que los vegetarianos no nos comemos a ningún animal.
Ni recordaba el sabor de las anchoas o del atún. Sólo puedo decir una cosa
¡QUE ASCO!
Y luego el consiguiente dolor de estómago, náuseas, y sentimiento de culpa. Todo merecido, que duda cabe.
Desde luego, hay que estar acostumbrado para que a uno le resulte delicioso comerse a un animal muerto...