Es curioso... en la esquina de mi calle hay un pequeño gimnasio, y una pequeña colonia de gatos. Una de las gatas tuvo un par de cachorritos en la parte exterior de abajo del gimnasio y como cuando lo descubrió, el dueño les daba comida, agua y bandeja de arena, la gata que hasta entonces era arisca acabó confiando en él y se hicieron amigos. Ella acabó siendo la gata del gimnsasio, y a veces cuando yo entraba a decirle algo al dueño, me decía: "mira dónde está", y allí estaba ella, en medio del gimnasio, en el suelo, sentada o tumbada.
El caso es que un día quedó por teléfono con la protectora para que vinieran con una jaula trampa para llevársela y esterilizarla, ¿y qué pasó? Que de repente desapareció (ella nunca se alejaba del gimnasio para nada), no se le vio el pelo en todo el día, los de la prote vinieron con la jaula trampa, la dejaron preparada pero nada de nada, ella no aparecía ni de coña. Al final se hartaron y se fueron, y al cabo de una hora o por ahí, ella volvió a aparecer. Como si lo hubiera intuído.
Otro día, volvía yo del trabajo y ya sólo me faltaba cruzar el puente de peatones que cruza la ancha avenida, doblar la esquina y pasar una calle más y llegar a la esquina del gimnasio. Hacía algo de tiempo que no la veía, y no había pensado en ella tampoco en algo de tiempo ni nadie me había dicho nada ni yo había entrado en el gimnasio. Mientras iba por la mitad del puente, desde donde ni siquiera se ve la calle ni aunque lo intentaras, me vino su imagen a la mente y de repente me di cuenta de que no la había visto en algo de tiempo y me pregunté qué habría sido de ella, y que pasaría por el gimnasio a preguntar. Pues cruzo, doblo la esquina y llego a la calle, y justo en la esquina del gimnasio estaba ella sentada, mirándome!! ¡¡Aluciné!!
Pregunté y me dijeron que había estado ingresada, y ya estaba mejor.
No me lo podía creer, lo repentinamente que me vino a la mente sin ni siquiera estar pensando en gatos ni nada, y cuando llego, allí estaba!