Como ciudadanos de un país civilizado, y constatando que la producción de foie gras necesita el desprecio de los intereses del animal utilizado para producirlo:
* Pedimos a quienes ceban a los gansos y patos que dejen de practicar esos malos tratos. El hecho de que no tengan ninguna intensión cruel hacia los animales cebados no disminuye en nada el sufrimiento que provocan.
* Pedimos a quienes sacan beneficio del foie gras, sin ninguna consideración ética, que pongan término a su participación en ese negocio malsano.
* Pedimos a las autoridades científicas y veterinarias sinceramente preocupadas por el bienestar de los animales que tengan el valor, a pesar de las presiones políticas y económicas, de denunciar los métodos de producción del foie gras por lo que son.
* Pedimos a la justicia que recuerde que las leyes y reglamentos imponen un límite al sufrimiento que se puede infligir a un ser sensible, y que la producción de foie gras es en consecuencia ilegal.
* Pedimos a nuestros representantes que legislen para suprimir definitivamente de Europa esa costumbre de otra edad.
Como consumidores determinados a poner ética en nuestro plato, y constatando que estos sufrimientos sólo existen para complacer nuestro paladar, nos negamos a comprar y consumir estos hígados enfermos de animales torturados.