Dichoso antojo traicionero.. :golpes:
Llevo ya varios días con esta sensación,:golpes: supongo que no seré el único.
No sé si será por estas fechas, en que las cocinas se llenan de jamones, chorizos, patés, sobrasadas, quesos..
Pero, últimamente a la hora del almuerzo, tengo unas ganas desmedidas aunque controlables, de sacar el chorizo y el jamón y hacerme un bocadillo como los que solía.:babas:
Eso sí, no me cuesta controlar y decir no. Nunca mais. Y menos, sabiendo lo que hay tras ese trozo de carne/embutido.
Pero, no he podido volver a hacerme un bocadillo igual y eso me pesa mucho. Y mira que he probado "sustitutos".
Para cienciólogos especistas o trolls, no es necesidad que el cuerpo me pida, es simple gula.
¿Os ha pasado? ¿Lo aceptáis sin más o tenéis un plan de escape?