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Ver la versión completa : Terrible asesinato de un perro



Kilia
29-oct-2014, 14:50
De verdad que yo no entiendo estas cosas...:(


Copio y pego del blog de PACMA, esta es la noticia: http://blog.pacma.es/2014/contra-la-impunidad/

Lamentablemente, lo que sucedió fue así:

El tipejo, en vista de que no conseguía del todo su propósito, le dijo al anciano que él mismo se encargaría de matar a su perro

El día 3 de este mes de octubre, un abuelo de 84 años sacó a pasear al perrillo de su nieta por las afueras de una pedanía de Cuevas de Almanzora (Almería). Iban por el campo y el pequeño perro, de tan sólo 3,5 kilos, se introdujo por el hueco del vallado de una finca. Algo normal y nada lesivo para el propietario del terreno. Al otro lado, en el interior, apareció de improviso un cobarde energúmeno acompañado de un perro de una raza de tamaño grande y lo azuzó contra el pequeño. El tipejo, en vista de que no conseguía del todo su propósito, le dijo al anciano que él mismo se encargaría de matarlo. Pese a las súplicas del abuelo para que se apiadase del minúsculo can, comenzó a patearlo con saña. Después, cuando se hallaba moribundo, lo aplastó contra una plataforma de cemento.

Alfonso Gómez, que así se llama el anciano, desolado pidió ayuda a una pareja de vecinos ingleses que recogieron el cuerpo inerte del perrillo y lo llevaron a un veterinario, que sólo pudo certificar la bárbara muerte. En el parte que extendió para adjuntarlo a la denuncia ante la Guardia Civil, dijo que el pequeño perro estaba reventado por dentro. “En mis 14 años de ejercicio profesional jamás había visto tal ensañamiento con un animal”, manifestó conmovido.

Alfonso Gómez no sólo tuvo que presenciar impotente la atroz vesania de la muerte del perrillo de su nieta, sino también escuchó las risas y las amenazas hacia él que profirió el criminal, un rastrero engendro del que nadie habría lamentado su inexistencia. Esta perla tiene 18 años y se supone que, al menos, ya habrá tenido que ir a declarar a la Guardia Civil, pero que a fecha de este escrito continúa en completa libertad pese a su heroica hazaña.

Se sabe el nombre y el apellido del abuelo, que tenía entre algodones al perrillo de un año porque era de su nieta, hija de un hijo ya fallecido. Sin embargo, de la escoria juvenil que causó ese mal, su identidad no ha trascendido a la prensa.

Moratón en el abdomen del perro

Una asociación protectora de Almería ha decidido personarse como acusación particular. Hará todo lo posible, todo lo que legalmente se contemple en la normativa para que el malparido sea condenado. Pero éstos no son más que justos deseos y palabras porque en España existe una casi completa impunidad para cobardes monstruos como el de marras. Nadie, pero absolutamente nadie en esta nación gobernada por una casta política a los que los animales importan una higa, ha ido a la cárcel por un crimen de estas características. Todo lo contrario de lo que sucedería en el Reino Unido, Alemania, Francia, Italia o cualquier país culto.

Desde mediados del verano, la periodista y escritora Rosa Montero ha puesto en marcha una petición de recogida de firmas a través de internet para presentarlas al Gobierno en apoyo de su propuesta de una única —no 17, como sucede actualmente con las taifas— ley de protección a los animales, que de verdad cumpla con su título. Una ley efectiva y de consecuencias ejemplarizantes contra la basura humana capaz de machacar hasta la muerte al perrillo de tres kilos y medio de Alfonso. O contra los malnacidos que hacen que España ostente el récord europeo de abandonos de perros, gatos u otros animales domésticos. O contra los que tiran la llave de la cuadra y dejan morir de hambre y sed a sus caballos.

Contra esa asquerosa tribu de detritus con carné de identidad, Rosa Montero pide la colaboración de todos los ciudadanos cabales para poner fin a la más siniestra impunidad. Porque la lamentable legislación actual es así y es preciso cambiarla.

Cualquiera que lo vea de esta forma y quiera expresar su grito de rabia, sólo tiene que firmar aquí en la petición de Rosa. Un sencillo y simple gesto para aspirar a una justicia que ya es tardía.