raquelbcn
28-oct-2014, 23:05
El 1 de noviembre celebramos el día mundial del veganismo.
Para muchos de nosotros va a ser un día más, porque no consumimos productos de origen animal, ni productos que hayan sido testados con animales.
Para el resto, quizás pueda ser una jornada de reflexión...
Es posible que jamás te hayas planteado cambiar tus hábitos alimenticios, que ni siquiera relaciones una hamburguesa o un pollo con un animal que vivió y murió para que tú pudieras comerlo. Y es normal. Toda la gente que te rodea tiene esos mismos hábitos (aunque igual hay alguno que no, si lo piensas un poco...) y todos dicen ser amantes de los animales, respetuosos con el medio ambiente, y buena gente, seguro que sí.
Nadie te enseñó nunca a preguntarte que detrás de ese delicioso bocata de jamón que tan amablemente te ofrecen en cualquier bar, donde nadie te mira extrañado, hubo un animal sensible con el mismo derecho a vivir y a disfrutar de la vida que tú, un animal que ni siquiera era muy distinto a tu perro, al que tanto adoras.
Por razones que igual estaría bien que te pararas a analizar, tuvo una vida muy distinta, fue tratado como algo que iba a ser comido por alguien, y por tanto, que jamás pudo correr, ni jugar, ni dormir plácidamente... como seguramente hace tu perro. A él se le encerró, se le usó, se le trató como a un objeto que no siente, hasta el final de sus días.
Y quizás podrías cuestionarte, aunque solo fuera por un instante, si ese animal crees que tuvo la sensibilidad de sentir dolor y de disfrutar. Y si lo crees así, por qué razón merece tu absoluta indiferencia cuando lo ingieres, por qué no merece un solo pensamiento de qué piensas que ocurrió desde su nacimiento hasta tu plato.
Igual no sabes que el ser humano no necesita comer animales para vivir, que puede obtener los nutrientes necesarios sin alimentarse de ellos, e incluso probablemente su salud sea mejor sin comerlos. Aquí nos tienes a muchos de ejemplo.
Indaga sobre ello si tienes dudas. Pero no sigas actuando ciegamente porque así te han enseñado, porque todo el mundo (o casi) actúa de ese modo. Sal de tu pasividad, de tu comodidad, encuentra la valentía que seguro tienes para al menos preguntarte ¿POR QUÉ? ¿Por qué, si creo amar y respetar a los animales los estoy comiendo?
Los que ya nos hicimos esta pregunta, decidimos que los animales NO están a nuestro servicio, que ellos tienen el mismo derecho a la vida que nosotros, y optamos por ayudarlos en lugar de comerlos. Y esa decisión nos hizo sentir más plenos y más humanos.
Si decides dejar de comer carne, probablemente sientas ese amor que siempre creíste sentir hacia ellos, como algo auténtico y dichoso.
¡Feliz día a to@s
Para muchos de nosotros va a ser un día más, porque no consumimos productos de origen animal, ni productos que hayan sido testados con animales.
Para el resto, quizás pueda ser una jornada de reflexión...
Es posible que jamás te hayas planteado cambiar tus hábitos alimenticios, que ni siquiera relaciones una hamburguesa o un pollo con un animal que vivió y murió para que tú pudieras comerlo. Y es normal. Toda la gente que te rodea tiene esos mismos hábitos (aunque igual hay alguno que no, si lo piensas un poco...) y todos dicen ser amantes de los animales, respetuosos con el medio ambiente, y buena gente, seguro que sí.
Nadie te enseñó nunca a preguntarte que detrás de ese delicioso bocata de jamón que tan amablemente te ofrecen en cualquier bar, donde nadie te mira extrañado, hubo un animal sensible con el mismo derecho a vivir y a disfrutar de la vida que tú, un animal que ni siquiera era muy distinto a tu perro, al que tanto adoras.
Por razones que igual estaría bien que te pararas a analizar, tuvo una vida muy distinta, fue tratado como algo que iba a ser comido por alguien, y por tanto, que jamás pudo correr, ni jugar, ni dormir plácidamente... como seguramente hace tu perro. A él se le encerró, se le usó, se le trató como a un objeto que no siente, hasta el final de sus días.
Y quizás podrías cuestionarte, aunque solo fuera por un instante, si ese animal crees que tuvo la sensibilidad de sentir dolor y de disfrutar. Y si lo crees así, por qué razón merece tu absoluta indiferencia cuando lo ingieres, por qué no merece un solo pensamiento de qué piensas que ocurrió desde su nacimiento hasta tu plato.
Igual no sabes que el ser humano no necesita comer animales para vivir, que puede obtener los nutrientes necesarios sin alimentarse de ellos, e incluso probablemente su salud sea mejor sin comerlos. Aquí nos tienes a muchos de ejemplo.
Indaga sobre ello si tienes dudas. Pero no sigas actuando ciegamente porque así te han enseñado, porque todo el mundo (o casi) actúa de ese modo. Sal de tu pasividad, de tu comodidad, encuentra la valentía que seguro tienes para al menos preguntarte ¿POR QUÉ? ¿Por qué, si creo amar y respetar a los animales los estoy comiendo?
Los que ya nos hicimos esta pregunta, decidimos que los animales NO están a nuestro servicio, que ellos tienen el mismo derecho a la vida que nosotros, y optamos por ayudarlos en lugar de comerlos. Y esa decisión nos hizo sentir más plenos y más humanos.
Si decides dejar de comer carne, probablemente sientas ese amor que siempre creíste sentir hacia ellos, como algo auténtico y dichoso.
¡Feliz día a to@s