Cotorra
21-ago-2013, 14:42
Las peleas, insultos y burlas entre hermanos pueden esconder un bullying de consecuencias más devastadoras que el escolar
El acoso o bullying entre niños y adolescentes no solo está limitado al entorno escolar o a través de las nuevas tecnologías (ciberbullying), cuando se produce entre hermanos puede ser incluso más dañino y de consecuencias mucho más devastadores. Las peleas, riñas, insultos... entre dos hermanos que viven en la misma casa a veces pasan desapercibidas para los padres, lo que resulta entonces dramático para la víctima. Un estudio americano ha llamado la atención sobre este fenómeno, advirtiendo a los padres que vigilen, prevengan y detengan un posible maltrato entre hermanos y no lo consideren un problema menor e incluso beneficioso porque favorece la competencia y la rivalidad.
Este mensaje de advertencia ha sido lanzado por la Academia Americana de Pediatría, que ha publicado en su revista «Pediatrics» un estudio en el que evalúa la incidencia de las agresiones verbales y físicas entre hermanos y sus consecuencias sobre la salud mental de los chicos. Para ello, los investigadores realizaron 3.600 entrevistas: a padres que tenían hijos de 0 a 10 años (siempre teniendo en cuenta que los progenitores pueden ignorar este tipo de conflictos, sobre todo, si los hermanos comparten habitación), y a niños y adolescentes de 10 a 17 años.
El 32 % de los chicos aseguró que habían experimentado, al menos, un tipo de bullying entre hermanos en el último año, en algunos casos leves y otros más graves: o habían sufrido agresiones físicas, o robo con o sin fuerza, o rotura de objetos personales del hermano o hermana a propósito y/o agresiones verbales (insultos y burlas) que les hacían sentirse mal, asustados o, incluso, no queridos a su alrededor.
Secuelas en la salud mental
Y esas formas de violencia pasan factura, incluso las secuelas son más graves que el acoso producido en el entorno escolar. El estudio demuestra que la agresión física o verbal reiterada entre hermanos está asociada a una peor salud mental. De hecho, los niños que han experimentado formas leves y graves de bullying entre hermanos sufren angustia, algo que puede pasar desapercibido. Estos niños también tuvieron mayores puntuaciones en depresión y síntomas de ansiedad que los que habían sufrido esos mismos episodios en el colegio.
En el hogar, las riñas, peleas y conflictos entre hermanos se suelen considerar normales, travesuras. Incluso muchos padres creen que esto contribuye a que desarrollen su competencia y rivalidad, sus formas de negociar... Sin embargo, el estudio americano concluye con una advertencia a los padres, que la mayor parte de las veces no hacen caso a las quejas de la victima. Los progenitores tienen que estar atentos al maltrato entre hermanos y prevenirlo y erradicarlo de raíz, pues se ha demostrado que sus consecuencias son incluso más devastadores que el bullying escolar.
Señales de alarma
Para reaccionar a tiempo, el Observatorio de la salud de la infancia y adolescentia (Faros) explica en su web dos señales muy evidentes ante las que alarmarse y empezar a actuar:
•Si uno de los hermanos siempre es el agresor y el otro la víctima.
•Si existen signos de agresión que tienen como objetivo dejar al otro hermano humillado y derrotado.
http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20130821/abci-bullying-entre-hermanos-201308211146.html
El acoso o bullying entre niños y adolescentes no solo está limitado al entorno escolar o a través de las nuevas tecnologías (ciberbullying), cuando se produce entre hermanos puede ser incluso más dañino y de consecuencias mucho más devastadores. Las peleas, riñas, insultos... entre dos hermanos que viven en la misma casa a veces pasan desapercibidas para los padres, lo que resulta entonces dramático para la víctima. Un estudio americano ha llamado la atención sobre este fenómeno, advirtiendo a los padres que vigilen, prevengan y detengan un posible maltrato entre hermanos y no lo consideren un problema menor e incluso beneficioso porque favorece la competencia y la rivalidad.
Este mensaje de advertencia ha sido lanzado por la Academia Americana de Pediatría, que ha publicado en su revista «Pediatrics» un estudio en el que evalúa la incidencia de las agresiones verbales y físicas entre hermanos y sus consecuencias sobre la salud mental de los chicos. Para ello, los investigadores realizaron 3.600 entrevistas: a padres que tenían hijos de 0 a 10 años (siempre teniendo en cuenta que los progenitores pueden ignorar este tipo de conflictos, sobre todo, si los hermanos comparten habitación), y a niños y adolescentes de 10 a 17 años.
El 32 % de los chicos aseguró que habían experimentado, al menos, un tipo de bullying entre hermanos en el último año, en algunos casos leves y otros más graves: o habían sufrido agresiones físicas, o robo con o sin fuerza, o rotura de objetos personales del hermano o hermana a propósito y/o agresiones verbales (insultos y burlas) que les hacían sentirse mal, asustados o, incluso, no queridos a su alrededor.
Secuelas en la salud mental
Y esas formas de violencia pasan factura, incluso las secuelas son más graves que el acoso producido en el entorno escolar. El estudio demuestra que la agresión física o verbal reiterada entre hermanos está asociada a una peor salud mental. De hecho, los niños que han experimentado formas leves y graves de bullying entre hermanos sufren angustia, algo que puede pasar desapercibido. Estos niños también tuvieron mayores puntuaciones en depresión y síntomas de ansiedad que los que habían sufrido esos mismos episodios en el colegio.
En el hogar, las riñas, peleas y conflictos entre hermanos se suelen considerar normales, travesuras. Incluso muchos padres creen que esto contribuye a que desarrollen su competencia y rivalidad, sus formas de negociar... Sin embargo, el estudio americano concluye con una advertencia a los padres, que la mayor parte de las veces no hacen caso a las quejas de la victima. Los progenitores tienen que estar atentos al maltrato entre hermanos y prevenirlo y erradicarlo de raíz, pues se ha demostrado que sus consecuencias son incluso más devastadores que el bullying escolar.
Señales de alarma
Para reaccionar a tiempo, el Observatorio de la salud de la infancia y adolescentia (Faros) explica en su web dos señales muy evidentes ante las que alarmarse y empezar a actuar:
•Si uno de los hermanos siempre es el agresor y el otro la víctima.
•Si existen signos de agresión que tienen como objetivo dejar al otro hermano humillado y derrotado.
http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20130821/abci-bullying-entre-hermanos-201308211146.html