Cotorra
10-ago-2013, 11:04
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Los canes son expertos en lenguaje corporal y los ladridos son su forma de comunicarse. Conoce los tipos y las causas por las que ladra nuestro amigo de cuatro patas
Los ladridos son la forma que tiene nuestro perro de comunicarse: avisarnos de algo, marcar territorio, expresar su miedo, descontento, entusiasmo por jugar, querer comer, beber, querer salir a la calle… Aunque los ladridos de un perro pueden resultar molestos son varios los motivos que le llevan a esa conducta. “Hay un sinfín de ladridos y sonidos diferentes que puede emitir un perro, y nada tiene que ver con la agresividad”, explica Francisco Galán Leiva, instructor canino y vicepresidente de la Fundación Aguacán. En cambio, continúa explicando, “el gruñido sí tiene un punto de agresividad asociado, aunque en la mayoría de los casos los gruñidos son debidos al miedo y a la timidez”. Por ello, una cosa son los ladridos y otra distinta los gruñidos o aullidos.
Es importante que conozcamos la manera en la que desarrollan los perros su sistema de comunicación, de esta forma nos ayudará a entenderlos, a relacionarnos mejor con nuestro fiel amigo y podremos actuar en un futuro al saber por qué ladra. El ladrido de un perro es la forma más sonora y la más comprensible a escala humana para comunicarse.
El instructor canino Francisco Galán nos explica varias de las razones por las que un perro puede ladrar:
- La primera, por estrés. En este caso ladran para liberar el agobio acumulado debido a alguna situación: entusiasmo, frustración, soledad, aburrimiento… “No debemos olvidar que los perros son animales de manada y por tanto no llevan tan bien como el gato la soledad. Es normal que los perros que pasan mucho tiempo solos tengan problemas de conducta o ladridos”, añade el instructor.
- Tomar conductas territoriales. Un ejemplo claro es cuando un perro se acerca a la valla del patio de la casa o al balcón al sentir que se acerca un extraño. Esto también lo podemos ver cuando paseamos a nuestro perro por la calle. Según explica Francisco Galán, “los canes son expertos en lenguaje corporal: se les pone la cola hacia arriba, se les eriza el pelo, cambian el modo de andar, las miradas, muecas sumadas a los lloros o aullidos. Entre ellos se están diciendo si son más dominantes, si les gusta pasar desapercibidos, o si son juguetones”, y en función de ello, actúan.
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- Adiestramiento inconsciente. Como su propio nombre indicada, estamos reforzando, sin darnos cuenta, conductas indeseadas en nuestro perro. El vicepresidente de Aguacán nos pone este ejemplo: “El perro al que sacamos un rato al patio, lo dejamos allí solo y no para de ladrar. Salimos al patio y le regañamos o gritamos; con esto estamos enseñando al perro a ladrar, porque aunque salgamos al patio gritando el perro prefiere estar con nosotros y no solo, da igual que le grites”. Otro ejemplo: “El perro está en casa y cuando estamos llegando lo escuchamos ladrar y abrimos la puerta en ese instante, y encima a veces le acariciamos. El perro aprende que cuando ladra abrimos la puerta y llegamos, por tanto esa conducta cada vez irá a más”.
- Genética. Existen razas (Beagles, Bassets, Bloodhounds…), que son más propensas a ladrar que otras, como los molosos. Por eso, antes de decidir integrar a un perro en nuestra familia, “deberíamos tener en cuenta cuáles son sus necesidades y particularidades de la raza o tipo de perro que queremos”, apunta Francisco.
- Por salud. “Siempre que haya un problema de conducta, debemos descartar problemas de salud”. Los perros ciegos, sordos,… Suelen ladrar mucho más que otros a modo de defensa al no oír o ver.
En base a este comportamiento, podemos diferenciar también varios tipos de ladridos:
- Ladrido territorial. Se caracteriza por ser fuerte y repetitivo, que se irá volviendo más grave a medida que el desconocido se acerque.
- Ladrido de aviso. Es grave y espaciado, y lo usan para llamar la atención sobre un posible peligro.
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- Ladrido por miedo. Es corto y agudo. Cuando el perro tiene miedo suele ladrar caminando hacia atrás, para que lo que representa una amenaza no se le acerque.
- Ladrido por ganas de jugar. Cada perro es un mundo, pero en general, cuando quieren jugar estiran las patas delanteras, manteniendo levantados sus cuartos traseros y ladrando de forma repetitiva y aguda, casi diciéndonos “juega conmigo, ¡tira la pelota!”.
- Ladrido para llamar la atención. Para conseguir algo, un perro puede ladrar de forma insistente y repetitiva en un tono agudo.
- Ladrido de frustración. Si un perro se queda solo y sufre ansiedad, ladrará compulsivamente, muy alto y nervioso.
- Ladrido neurótico. Es un ladrido rítmico y constante, propio de perros que padecen algún tipo de neurosis o de trastorno compulsivo.
Cambiar la conducta del perro
Si detectáis algunos de estos comportamientos descritos, ladridos que resulten molestos para los vecinos o que os preocupen, existen formar para modificar ese tipo de conducta. Lo que nos aconseja nuestro instructor canino, Francisco, es ponernos en manos de un profesional porque no estamos hablando de adiestramiento, enseñarle el tumba, sienta. “Se trata de modificación de conducta y, por tanto, debemos ponernos en manos de un Técnico en Modificación de Conducta o un Experto en Análisis Conductual”.
Una vez que el profesional analice la situación os dará “una serie de pautas de enriquecimiento ambiental y reforzadores positivos o negativos, según vaya evolucionando cada caso”, dice Francisco. “Si tenéis un cachorro o perro joven, lo mejor es obviar el ladrido, ni regañar, ni premiar. Esto acompañado de elementos de enriquecimiento ambiental, como juegos, bien usados hará que tengáis un perro adulto y equilibrado, sin ladridos compulsivos ni conductas anómalas”.
Hoy existen muchos cursos que sirven precisamente para ello, para conocer mejor a vuestro perro y su forma de comunicarse. Pero seguro que alguno de vosotros, tras unos meses o años con vuestro perro, sabéis diferenciar cuando ladra por una cosa o por otra. También espero que después de leer esto hayáis logrado identificar alguno de ellos y así entender mejor a tu fiel amigo.
http://granadablogs.com/alzalapata/2013/08/por-que-ladran-los-perros/
Los canes son expertos en lenguaje corporal y los ladridos son su forma de comunicarse. Conoce los tipos y las causas por las que ladra nuestro amigo de cuatro patas
Los ladridos son la forma que tiene nuestro perro de comunicarse: avisarnos de algo, marcar territorio, expresar su miedo, descontento, entusiasmo por jugar, querer comer, beber, querer salir a la calle… Aunque los ladridos de un perro pueden resultar molestos son varios los motivos que le llevan a esa conducta. “Hay un sinfín de ladridos y sonidos diferentes que puede emitir un perro, y nada tiene que ver con la agresividad”, explica Francisco Galán Leiva, instructor canino y vicepresidente de la Fundación Aguacán. En cambio, continúa explicando, “el gruñido sí tiene un punto de agresividad asociado, aunque en la mayoría de los casos los gruñidos son debidos al miedo y a la timidez”. Por ello, una cosa son los ladridos y otra distinta los gruñidos o aullidos.
Es importante que conozcamos la manera en la que desarrollan los perros su sistema de comunicación, de esta forma nos ayudará a entenderlos, a relacionarnos mejor con nuestro fiel amigo y podremos actuar en un futuro al saber por qué ladra. El ladrido de un perro es la forma más sonora y la más comprensible a escala humana para comunicarse.
El instructor canino Francisco Galán nos explica varias de las razones por las que un perro puede ladrar:
- La primera, por estrés. En este caso ladran para liberar el agobio acumulado debido a alguna situación: entusiasmo, frustración, soledad, aburrimiento… “No debemos olvidar que los perros son animales de manada y por tanto no llevan tan bien como el gato la soledad. Es normal que los perros que pasan mucho tiempo solos tengan problemas de conducta o ladridos”, añade el instructor.
- Tomar conductas territoriales. Un ejemplo claro es cuando un perro se acerca a la valla del patio de la casa o al balcón al sentir que se acerca un extraño. Esto también lo podemos ver cuando paseamos a nuestro perro por la calle. Según explica Francisco Galán, “los canes son expertos en lenguaje corporal: se les pone la cola hacia arriba, se les eriza el pelo, cambian el modo de andar, las miradas, muecas sumadas a los lloros o aullidos. Entre ellos se están diciendo si son más dominantes, si les gusta pasar desapercibidos, o si son juguetones”, y en función de ello, actúan.
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- Adiestramiento inconsciente. Como su propio nombre indicada, estamos reforzando, sin darnos cuenta, conductas indeseadas en nuestro perro. El vicepresidente de Aguacán nos pone este ejemplo: “El perro al que sacamos un rato al patio, lo dejamos allí solo y no para de ladrar. Salimos al patio y le regañamos o gritamos; con esto estamos enseñando al perro a ladrar, porque aunque salgamos al patio gritando el perro prefiere estar con nosotros y no solo, da igual que le grites”. Otro ejemplo: “El perro está en casa y cuando estamos llegando lo escuchamos ladrar y abrimos la puerta en ese instante, y encima a veces le acariciamos. El perro aprende que cuando ladra abrimos la puerta y llegamos, por tanto esa conducta cada vez irá a más”.
- Genética. Existen razas (Beagles, Bassets, Bloodhounds…), que son más propensas a ladrar que otras, como los molosos. Por eso, antes de decidir integrar a un perro en nuestra familia, “deberíamos tener en cuenta cuáles son sus necesidades y particularidades de la raza o tipo de perro que queremos”, apunta Francisco.
- Por salud. “Siempre que haya un problema de conducta, debemos descartar problemas de salud”. Los perros ciegos, sordos,… Suelen ladrar mucho más que otros a modo de defensa al no oír o ver.
En base a este comportamiento, podemos diferenciar también varios tipos de ladridos:
- Ladrido territorial. Se caracteriza por ser fuerte y repetitivo, que se irá volviendo más grave a medida que el desconocido se acerque.
- Ladrido de aviso. Es grave y espaciado, y lo usan para llamar la atención sobre un posible peligro.
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- Ladrido por miedo. Es corto y agudo. Cuando el perro tiene miedo suele ladrar caminando hacia atrás, para que lo que representa una amenaza no se le acerque.
- Ladrido por ganas de jugar. Cada perro es un mundo, pero en general, cuando quieren jugar estiran las patas delanteras, manteniendo levantados sus cuartos traseros y ladrando de forma repetitiva y aguda, casi diciéndonos “juega conmigo, ¡tira la pelota!”.
- Ladrido para llamar la atención. Para conseguir algo, un perro puede ladrar de forma insistente y repetitiva en un tono agudo.
- Ladrido de frustración. Si un perro se queda solo y sufre ansiedad, ladrará compulsivamente, muy alto y nervioso.
- Ladrido neurótico. Es un ladrido rítmico y constante, propio de perros que padecen algún tipo de neurosis o de trastorno compulsivo.
Cambiar la conducta del perro
Si detectáis algunos de estos comportamientos descritos, ladridos que resulten molestos para los vecinos o que os preocupen, existen formar para modificar ese tipo de conducta. Lo que nos aconseja nuestro instructor canino, Francisco, es ponernos en manos de un profesional porque no estamos hablando de adiestramiento, enseñarle el tumba, sienta. “Se trata de modificación de conducta y, por tanto, debemos ponernos en manos de un Técnico en Modificación de Conducta o un Experto en Análisis Conductual”.
Una vez que el profesional analice la situación os dará “una serie de pautas de enriquecimiento ambiental y reforzadores positivos o negativos, según vaya evolucionando cada caso”, dice Francisco. “Si tenéis un cachorro o perro joven, lo mejor es obviar el ladrido, ni regañar, ni premiar. Esto acompañado de elementos de enriquecimiento ambiental, como juegos, bien usados hará que tengáis un perro adulto y equilibrado, sin ladridos compulsivos ni conductas anómalas”.
Hoy existen muchos cursos que sirven precisamente para ello, para conocer mejor a vuestro perro y su forma de comunicarse. Pero seguro que alguno de vosotros, tras unos meses o años con vuestro perro, sabéis diferenciar cuando ladra por una cosa o por otra. También espero que después de leer esto hayáis logrado identificar alguno de ellos y así entender mejor a tu fiel amigo.
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