niñadeaire
30-jun-2013, 12:01
Columna de la Vanguardia de hoy. (He traducido el texto, aunque hay palabras que no sé exactamente de su traducción, lo he hecho lo mejor que he podido.)
Aunque no como carne, hay días que daría un buen bocado a algún amigo carnívoro de los que se pasan la comida haciendo gracias con los vegetales. Como es de imaginar, después de años de abstinencia cárnica, me conozco todas las bromitas, que si las lechugas lloran, que si los tomates tienen hijitos, que bien que me gustan los bípedos... Pero lo más pesado no es el escaso ingenio humorístico de mis colegas, sino la persistencia inquisidora, como si no devorar furiosamente a nuestros coetáneos de cuatro patas fuera un insolente pecado.
Sinceramente, estoy hasta el hinojo de tener que explicar por qué no devoro vacas, ni corderos, ni gallinas, o por qué no me deleito con la variada manera de embutir los cerdos que tenemos en el país. Y por bien que no me dedico a ningún tipo de proselitismo -en casa comen todos carne-, da igual el silencio; así que ven que no engulles con placer orgásmico un trozo de jamón quedas señalada como la estrafalaria de la mesa. Y entonces santa paciencia, que comienza la ristra de preguntas por tal de entender tan extraña herejía.
"¿Por qué?", estalla al unísono la corte de la mesa. Y entonces llegan las teorías, que si lo hago porque quiero a los animales, que si debe ser por el colesterol, que si son manías... e incluso hay quienes me miran con una cierta conmiseración, mirando con piedad los platos que extrañamente y voluntariamente me pierdo. No hace falta decir que entonces se abre el paquete de los pescados, si como o no, si también son animales, que el marisco es un regalo de los dioses... y el ritual culmina con los colegas más contentos que nunca de devorar su entrecot que me han pedido en mi honor. Aunque siempre me reservo la frase malvada que lo responde todo y generalmente los indigesta: "no como nada que tenga ojos".
De todo esto extraigo una conclusión de bolsillo: que en nuestra casa aún se considera exótico ser vegetariano. Tal vez es porque hemos pasado de la generación que criaba el gallo todo el año y se lo comía por Navidad, a no considerar alimento nada que no tenga proteína animal. Es cierto que la socialización del pollo ha permitido una mejor alimentación ciudadana, pero ¿hace falta el exceso actual? ¿Hace falta que se coman animales para desayunar, para comer y para cenar, debajo la pena de creer que, si no es el caso, no se ha comido adecuadamente? Totalmente al contrario, este exceso, nefasto para la salud, también nos ha conducido a un estrés brutal de la cadena animal, hasta el punto que, si viéramos como se tratan algunos animalitos que luego devoran, casi todo el mundo se haría vegetariano. Obviamente entiendo la cadena alimenticia, pero no la sobre-alimentación proteica, muy propia, por cierto, de la mentalidad de los nuevo-ricos.
Para terminar, la sabiduría de relevante antropólogo, Loren Eiseley: "Uno no se conoce a sí mismo hasta que se atrapa el reflejo de unos otros ojos que no sean humanos". Pues lo que decía, no como nada que tenga ojos...
:)
http://www.lavanguardia.com/encatala/20130630/54376422604/si-soc-d-escarola.html
Aunque no como carne, hay días que daría un buen bocado a algún amigo carnívoro de los que se pasan la comida haciendo gracias con los vegetales. Como es de imaginar, después de años de abstinencia cárnica, me conozco todas las bromitas, que si las lechugas lloran, que si los tomates tienen hijitos, que bien que me gustan los bípedos... Pero lo más pesado no es el escaso ingenio humorístico de mis colegas, sino la persistencia inquisidora, como si no devorar furiosamente a nuestros coetáneos de cuatro patas fuera un insolente pecado.
Sinceramente, estoy hasta el hinojo de tener que explicar por qué no devoro vacas, ni corderos, ni gallinas, o por qué no me deleito con la variada manera de embutir los cerdos que tenemos en el país. Y por bien que no me dedico a ningún tipo de proselitismo -en casa comen todos carne-, da igual el silencio; así que ven que no engulles con placer orgásmico un trozo de jamón quedas señalada como la estrafalaria de la mesa. Y entonces santa paciencia, que comienza la ristra de preguntas por tal de entender tan extraña herejía.
"¿Por qué?", estalla al unísono la corte de la mesa. Y entonces llegan las teorías, que si lo hago porque quiero a los animales, que si debe ser por el colesterol, que si son manías... e incluso hay quienes me miran con una cierta conmiseración, mirando con piedad los platos que extrañamente y voluntariamente me pierdo. No hace falta decir que entonces se abre el paquete de los pescados, si como o no, si también son animales, que el marisco es un regalo de los dioses... y el ritual culmina con los colegas más contentos que nunca de devorar su entrecot que me han pedido en mi honor. Aunque siempre me reservo la frase malvada que lo responde todo y generalmente los indigesta: "no como nada que tenga ojos".
De todo esto extraigo una conclusión de bolsillo: que en nuestra casa aún se considera exótico ser vegetariano. Tal vez es porque hemos pasado de la generación que criaba el gallo todo el año y se lo comía por Navidad, a no considerar alimento nada que no tenga proteína animal. Es cierto que la socialización del pollo ha permitido una mejor alimentación ciudadana, pero ¿hace falta el exceso actual? ¿Hace falta que se coman animales para desayunar, para comer y para cenar, debajo la pena de creer que, si no es el caso, no se ha comido adecuadamente? Totalmente al contrario, este exceso, nefasto para la salud, también nos ha conducido a un estrés brutal de la cadena animal, hasta el punto que, si viéramos como se tratan algunos animalitos que luego devoran, casi todo el mundo se haría vegetariano. Obviamente entiendo la cadena alimenticia, pero no la sobre-alimentación proteica, muy propia, por cierto, de la mentalidad de los nuevo-ricos.
Para terminar, la sabiduría de relevante antropólogo, Loren Eiseley: "Uno no se conoce a sí mismo hasta que se atrapa el reflejo de unos otros ojos que no sean humanos". Pues lo que decía, no como nada que tenga ojos...
:)
http://www.lavanguardia.com/encatala/20130630/54376422604/si-soc-d-escarola.html