Einsamvuk
14-dic-2012, 00:37
Érase una vez en un pueblo lejano vivía un niño con su familia en un campo. Este niño a pesar de vivir feliz y libremente se sentía algo sólo ya que estaba lejos del pueblo y no había más niños con los que jugar cerca de él. Día a día se levantaba y desayunaba, se vestía y salía a jugar sólo. Muchas veces iba corriendo por el bosque y se paraba a mirar a los animales como vivían su vida. Él sentía que todos tenían a alguien con quien jugar y él nunca tenía la oportunidad de conseguir un amigo entonces entristeció y dejó de salir.
Un día, llego a su familia un nuevo miembro. Al padre de este niño le habían regalado un cerdito. El chico se puso muy contento al ver que tenía un nuevo amigo. Desde ese momento se levantaba con su nuevo compañero para comer con él, para pasear con él y para jugar con él. Ambos eran felices y juntos aprendían a vivir unidos.
Continuó el tiempo y los dos seguían creciendo…
Tenemos a dos seres felices y juntos pero ambos desconocían el final de esta historia. El padre no informo a su hijo de lo que pasaría cuando ese amigo suyo llegara a la edad adulta. Por ello, un día en el que este chico estaba en su escuela, el padre aprovecho para matar a este pobre ser vivo. Después de tantos tiempos pasados de cariños y especial trato para que engordara lo necesario ahora lo coge sin ningún sentimiento y lo cuelga de las patas con la cabeza mirando hacia el suelo. Con una sonrisa en sus labios mientras sus ojos brillan y en una de sus manos armado por un machete corta el cuello de este ser haciéndolo de sangrar y de gritar de dolor. Sufre hasta el último aliento sin parar de mirar como lo mutilan hasta que finalmente muere.
El padre separa a trozos su cuerpo despedazándolo y usando las partes que va a usar para su comida. Cuando el chico llega a casa, se encuentra que su amigo no esta por ningún lado y entonces pregunta a su padre:
- Papa, ¿Dónde esta mi amigo? Dijo el niño.
- ¿Qué amigo contesta el padre? ¿Ese asqueroso cerdo? Dijo el padre sonriendo.
- ¿Qué asqueroso cerdo? Hablo de mi amigo, el que con él he pasado todo este tiempo y disfrutado con él de la vida misma. ¿Qué ha sido de él? Dijo el niño asustado.
- Pues hijo, los cerdos solo sirven para usarlos como alimento. Ellos no son amigos y saben que nacen para morir. Es la ley de vida. Dijo el padre afirmando su delito.
- ¿Qué solo sirven para cenar? ¿Entonces por qué se le dio cariño y se le alimento y se le trato como a un hijo? Dijo el niño.
- Pues porque debe estar fuerte y sano, además de bien alimentado para que su carne sea buena. Dijo el padre.
- De acuerdo Papa.
El niño no lo pensó ni un momento más y se fue a su habitación, después de haber llorado por unos días la pérdida de su amigo llego a una conclusión.
Una mañana, el Padre buscaba a su hijo por todas partes y no lo encontraba. Parecía que había desaparecido o huido de la casa. Al estar tan alejados del poblado no tenían forma de comunicarse con otra casa cercana y por ello, los padres se ponen en su busca. Después de unas largas horas buscando, encuentran su cuerpo en el granero colgado desde los pies con la cabeza boca abajo y con el cuello rajado. Se había desangrado y muerto tal y como su amigo había sido asesinado. Junto a esta muerte se encontraba una carta en la cuál decía:
- Papá, ya estoy lo suficiente sano y fuerte, mi cuerpo ha engordado lo necesario y mi carne es lo suficientemente sabrosa. Espero que disfrutéis comiendo de mi carne.
Escrito por David Alcaide.
Un día, llego a su familia un nuevo miembro. Al padre de este niño le habían regalado un cerdito. El chico se puso muy contento al ver que tenía un nuevo amigo. Desde ese momento se levantaba con su nuevo compañero para comer con él, para pasear con él y para jugar con él. Ambos eran felices y juntos aprendían a vivir unidos.
Continuó el tiempo y los dos seguían creciendo…
Tenemos a dos seres felices y juntos pero ambos desconocían el final de esta historia. El padre no informo a su hijo de lo que pasaría cuando ese amigo suyo llegara a la edad adulta. Por ello, un día en el que este chico estaba en su escuela, el padre aprovecho para matar a este pobre ser vivo. Después de tantos tiempos pasados de cariños y especial trato para que engordara lo necesario ahora lo coge sin ningún sentimiento y lo cuelga de las patas con la cabeza mirando hacia el suelo. Con una sonrisa en sus labios mientras sus ojos brillan y en una de sus manos armado por un machete corta el cuello de este ser haciéndolo de sangrar y de gritar de dolor. Sufre hasta el último aliento sin parar de mirar como lo mutilan hasta que finalmente muere.
El padre separa a trozos su cuerpo despedazándolo y usando las partes que va a usar para su comida. Cuando el chico llega a casa, se encuentra que su amigo no esta por ningún lado y entonces pregunta a su padre:
- Papa, ¿Dónde esta mi amigo? Dijo el niño.
- ¿Qué amigo contesta el padre? ¿Ese asqueroso cerdo? Dijo el padre sonriendo.
- ¿Qué asqueroso cerdo? Hablo de mi amigo, el que con él he pasado todo este tiempo y disfrutado con él de la vida misma. ¿Qué ha sido de él? Dijo el niño asustado.
- Pues hijo, los cerdos solo sirven para usarlos como alimento. Ellos no son amigos y saben que nacen para morir. Es la ley de vida. Dijo el padre afirmando su delito.
- ¿Qué solo sirven para cenar? ¿Entonces por qué se le dio cariño y se le alimento y se le trato como a un hijo? Dijo el niño.
- Pues porque debe estar fuerte y sano, además de bien alimentado para que su carne sea buena. Dijo el padre.
- De acuerdo Papa.
El niño no lo pensó ni un momento más y se fue a su habitación, después de haber llorado por unos días la pérdida de su amigo llego a una conclusión.
Una mañana, el Padre buscaba a su hijo por todas partes y no lo encontraba. Parecía que había desaparecido o huido de la casa. Al estar tan alejados del poblado no tenían forma de comunicarse con otra casa cercana y por ello, los padres se ponen en su busca. Después de unas largas horas buscando, encuentran su cuerpo en el granero colgado desde los pies con la cabeza boca abajo y con el cuello rajado. Se había desangrado y muerto tal y como su amigo había sido asesinado. Junto a esta muerte se encontraba una carta en la cuál decía:
- Papá, ya estoy lo suficiente sano y fuerte, mi cuerpo ha engordado lo necesario y mi carne es lo suficientemente sabrosa. Espero que disfrutéis comiendo de mi carne.
Escrito por David Alcaide.