Cotorra
14-ago-2012, 16:23
El evento anual, en el que caballos y jinetes descienden por una empinada colina y cruzan un río antes de alcanzar la línea de meta, se ha cobrado ya la vida de 23 caballos en 30 años. Desde diferentes organizaciones y colectivos se trabaja por la prohibición de esta actividad.
Little Big Man, es la última víctima de esta brutal competición. Tras lesionarse gravemente por el sobreesfuerzo, este caballo de seis años de edad falleció ahogado en el río situado al término de la colina.
Según afirma uno de los portavoces de la Suicide Race, el río Okanogan ha crecido unos 30 cm con respecto al año pasado, lo cual, indica, explicaría que Little Big Man tuviera dificultades para salir del agua tras fracturarse la pierna delantera. Pero lo cierto es que la muerte de Little Big Man no es responsabilidad del río y de lo crecido o seco que esté este año, sino de las personas que decidieron que las posibles lesiones de los caballos eran menos importantes que el deseo de divertirse a su costa.
La "Suicide Race" (Carrera Suicida) se celebra cada año en Omak, Washington, y en ella son utilizados decenas de caballos para bajar de forma atropellada por una colina de 60º de inclinación. Esta actividad ha provocado hasta el momento la muerte de 23 caballos desde el año 1983, aunque se desconoce el número de animales que fallecen durante los entrenamientos y días posteriores a la carrera, tras las graves lesiones que suelen sufrir.
Tanto en esta como en otras actividades en las que son utilizados, el sufrimiento de los caballos no se limita al momento de la competición. Toda su vida, desde que nacen, está marcada por el maltrato y la explotación. Así, las yeguas utilizadas para competición pasan por interminables ciclos de inseminación, con sus correspondientes partos. Posteriormente, madres y crías sufren el trauma de la separación para ser sometidos a duros entrenamientos en los que aprenderán a soportar el peso de un ser humano sobre su espalda como algo "normal".
Los caballos sufren de estrés, de roturas de tendones y fibras musculares, son sometidos a largos viajes en condiciones lamentables - siendo habitual que fallezcan en accidentes de tráfico al no existir sistemas de protección adecuados - y, como cualquier animal considerado un recurso del que obtener un beneficio económico, son condenados a muerte cuando su "propietario" considera que no cumple las expectativas de rentabilidad.
http://www.igualdadanimal.org/noticias/6659/muere-otro-caballo-en-la-suicide-race
Little Big Man, es la última víctima de esta brutal competición. Tras lesionarse gravemente por el sobreesfuerzo, este caballo de seis años de edad falleció ahogado en el río situado al término de la colina.
Según afirma uno de los portavoces de la Suicide Race, el río Okanogan ha crecido unos 30 cm con respecto al año pasado, lo cual, indica, explicaría que Little Big Man tuviera dificultades para salir del agua tras fracturarse la pierna delantera. Pero lo cierto es que la muerte de Little Big Man no es responsabilidad del río y de lo crecido o seco que esté este año, sino de las personas que decidieron que las posibles lesiones de los caballos eran menos importantes que el deseo de divertirse a su costa.
La "Suicide Race" (Carrera Suicida) se celebra cada año en Omak, Washington, y en ella son utilizados decenas de caballos para bajar de forma atropellada por una colina de 60º de inclinación. Esta actividad ha provocado hasta el momento la muerte de 23 caballos desde el año 1983, aunque se desconoce el número de animales que fallecen durante los entrenamientos y días posteriores a la carrera, tras las graves lesiones que suelen sufrir.
Tanto en esta como en otras actividades en las que son utilizados, el sufrimiento de los caballos no se limita al momento de la competición. Toda su vida, desde que nacen, está marcada por el maltrato y la explotación. Así, las yeguas utilizadas para competición pasan por interminables ciclos de inseminación, con sus correspondientes partos. Posteriormente, madres y crías sufren el trauma de la separación para ser sometidos a duros entrenamientos en los que aprenderán a soportar el peso de un ser humano sobre su espalda como algo "normal".
Los caballos sufren de estrés, de roturas de tendones y fibras musculares, son sometidos a largos viajes en condiciones lamentables - siendo habitual que fallezcan en accidentes de tráfico al no existir sistemas de protección adecuados - y, como cualquier animal considerado un recurso del que obtener un beneficio económico, son condenados a muerte cuando su "propietario" considera que no cumple las expectativas de rentabilidad.
http://www.igualdadanimal.org/noticias/6659/muere-otro-caballo-en-la-suicide-race