Cotorra
07-ago-2012, 15:45
http://img.lagaceta.com.ar/fotos/notas/2012/08/07/504544_201208062031090000001.jpg
"Además de entrenarse en el arte de curar, que se aprende con la experiencia, el veterinario tiene la responsabilidad de concientizar a los humanos. El tráfico ilegal de animales ocupa el tercer puesto mundial, después de las drogas y las armas. Cuando llegan al consultorio con un animal que no es doméstico yo los reto y al mismo tiempo les enseño a los dueños que no deben fomentar esto". Rosandra Molina, veterinaria, docente de la carrera y especialista en animales silvestres, es categórica y muchas veces se peleó con vendedores en plena calle. "Hace poco un hombre me tiró al piso porque estaba vendiendo 14 tortuguitas en la peatonal y yo me paré a 'discursearlo'. Tuve que ir sola porque no encontraba un policía y no me contestaban en la Dirección de Fauna. El vendedor me dijo que si no dejaba de molestarlo me iba a pegar, y así lo hizo", cuenta. Molina insiste en que no hay que tener animales silvestres en las casas porque no están preparados para convivir con los humanos en un contexto de encierro. "Los chicos de hoy en día están mucho más preocupados con el tema -indicó-. A través del Programa permanente de concientización a la comunidad sobre derechos del animal y tenencia responsable (Properco), de la Facultad de Agronomía, doy charlas en las escuelas y los resultados son excelentes".
http://www.lagaceta.com.ar/nota/504544/informacion-general/sin-titulo.html
"Además de entrenarse en el arte de curar, que se aprende con la experiencia, el veterinario tiene la responsabilidad de concientizar a los humanos. El tráfico ilegal de animales ocupa el tercer puesto mundial, después de las drogas y las armas. Cuando llegan al consultorio con un animal que no es doméstico yo los reto y al mismo tiempo les enseño a los dueños que no deben fomentar esto". Rosandra Molina, veterinaria, docente de la carrera y especialista en animales silvestres, es categórica y muchas veces se peleó con vendedores en plena calle. "Hace poco un hombre me tiró al piso porque estaba vendiendo 14 tortuguitas en la peatonal y yo me paré a 'discursearlo'. Tuve que ir sola porque no encontraba un policía y no me contestaban en la Dirección de Fauna. El vendedor me dijo que si no dejaba de molestarlo me iba a pegar, y así lo hizo", cuenta. Molina insiste en que no hay que tener animales silvestres en las casas porque no están preparados para convivir con los humanos en un contexto de encierro. "Los chicos de hoy en día están mucho más preocupados con el tema -indicó-. A través del Programa permanente de concientización a la comunidad sobre derechos del animal y tenencia responsable (Properco), de la Facultad de Agronomía, doy charlas en las escuelas y los resultados son excelentes".
http://www.lagaceta.com.ar/nota/504544/informacion-general/sin-titulo.html