Cotorra
01-jun-2012, 15:34
El amanecer y el ocaso suelen ser las horas de mayor actividad de los animales, y por tanto de mayor peligro.
Un estudio del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) refleja que sólo en nuestro país se producen miles de siniestros en los que se ven involucrados animales, sobre todo silvestres. Aquí van algunos consejos para minimizar riesgos.
Los animales silvestres necesitan desplazarse en busca de alimentos o pareja. Lo hacen por sus caminos habituales o «pasos de fauna» que, en ocasiones, cortan las carreteras fragmentando su hábitat. A ello se añade el creciente volumen de tráfico, que provoca que animales y automóviles coincidan con más frecuencia.
Esto deriva en una tipología de accidentes que, aunque en un porcentaje relativamente bajo, conllevan graves daños materiales. En primavera y otoño, el riesgo aumenta debido a la mayor actividad que los animales realizan durante el amanecer y el ocaso.
¿Cómo son estos accidentes?
Para hacerse a la idea, en España y a lo largo de 2010 se produjeron unos 16.000 accidentes de tráfico con animales en la calzada. 332 implicaron víctimas, con ocho personas fallecidas, 40 heridas graves y 445 heridas lleves. La gravedad de un accidente que implique el atropello de un animal es similar al resto de accidentes con víctimas: 11% de víctimas mortales y graves respecto al total de víctimas (accidentes con animales) comparado con 12% (accidentes totales).
Entre los silvestres, el jabalí es el que más accidentes causa (31%), y entre los domésticos el perro, normalmente abandonado, que se ve involucrado en numerosos siniestros (23,7%). En la mayoría de casos, no son colisiones directas con el animal, sino salidas de calzada por movimientos de evasión incorrectos realizados por el propio conductor para evitar la colisión. Habitualmente, los accidentes que provocan daño a los ocupantes del vehículo se producen como consecuencia de impactos con obstáculos en los márgenes de la carretera. Según estudios de la DGT, en 2004, la zona de España donde se produjeron mayor número de accidentes fue la cornisa cantábrica.
¿Dónde suceden con mayor frecuencia?
La mayoría de los accidentes con animales se producen en carreteras convencionales; se trata de animales silvestres. La proporción varía según la densidad de los mismos en el territorio por el que discurre la vía. A veces, estas carreteras convencionales en zona rural, donde abunda la fauna, presentan mayor densidad del tráfico que las vías rápidas (mejor protegidas en los flancos por vallado) que discurren por el mismo territorio: las primeras registran la mayoría de accidentes con animales implicados, en zonas próximas a entornos urbanos más o menos poblados. De hecho se han constatado casos de accidentes con animales en zonas urbanas y suburbanas de mediana ocupación poblacional. Además, el ancho de vía afecta a la probabilidad de accidente: a mayor anchura mayor probabilidad de colisión. También es importante la vegetación que rodea la vía por tipo y densidad, o por la proximidad a la misma.
¿Cómo reducir el riesgo de sufrir un accidente con animales?
Ante todo, de forma preventiva. Para ello, es indispensable establecer un mapa de corredores naturales de fauna y aplicar allí donde se considere oportuno las diferentes medidas asociadas para cada animal autóctono de la zona, evitando siempre, el «efecto barrera». Así, la creación de pasos superiores e inferiores de fauna, la instalación de vallados perimetrales, dispositivos de disuasión artificial y el uso de señalización dinámica son algunas medidas que dan buenos resultados preventivos.
Algunos modelos de gama alta cuentan, de serie o como opción, dispositivos de visión mediante infrarrojos que, durante la noche, visualizan en una pantalla del cuadro (ver vídeo sobre estas líneas) posibles obstáculos en la vía y en el sentido de marcha que se encuentran unos 150 metros por delante. Los más avanzados activan alertas acústicas y visuales, e incluso distinguen entre peatones y animales. Hay sistemas parecidos que actúan mediante lectores térmicos situados en el frontal del vehículo.
¿Y el conductor?
Hay medidas a considerar de gran importancia:
1. Reducir la velocidad en zonas boscosas y al pasar por lindes de bosques o campos con poca visibilidad. A 60 km/h, la distancia de frenado es de 35 metros, y a 100 de 79 metros.
2. Prestar atención al realizar trayectos nuevos que atraviesan bosques. Los animales no cambian los caminos que suelen utilizar.
3. Si se encuentra con un animal silvestre en o al borde de la carretera se aconseja, si se llevan las luces de largo alcance, cambiar a luz de cruce, frenar controladamente y tocar la bocina. Los animales no pueden calcular la velocidad del vehículo, y las luces los deslumbran y desorientan.
4. Circular a baja velocidad: puede haber animales rezagados, ya que los venados y otras especies viven en manada. Cuando tienen pánico cruzan la carretera inesperada y descontroladamente.
5. Si la colisión es inevitable, mejor un choque controlado que una evasión incontrolada. Se aconseja sujetar bien el volante, seguir recto y, producido el atropello, inmediatamente frenar. Las maniobras de evasión arriesgadas pueden poner en peligro al conductor y a los ocupantes del vehículo o de un vehículo que circula en sentido opuesto, o bien acabar en un choque contra un árbol u otro obstáculo circundante.
¿Qué hacer después de un accidente con animales?
1. Detenerse de manera controlada, asegurando el lugar del accidente (triángulo de advertencia, chaleco reflectante...) e iniciando medidas de auxilio en caso de daños personales, entre otros comunicando lo sucedido al 112.
2. Avisar a la policía o entidad responsable de la zona para que retiren el animal accidentado.
3. Observar las normas de protección animal. Notificar el accidente, aunque no existan daños aparentes.
http://www.abc.es/20120518/motor-reportajes/abci-accidentes-animales-201205151726.html
Un estudio del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) refleja que sólo en nuestro país se producen miles de siniestros en los que se ven involucrados animales, sobre todo silvestres. Aquí van algunos consejos para minimizar riesgos.
Los animales silvestres necesitan desplazarse en busca de alimentos o pareja. Lo hacen por sus caminos habituales o «pasos de fauna» que, en ocasiones, cortan las carreteras fragmentando su hábitat. A ello se añade el creciente volumen de tráfico, que provoca que animales y automóviles coincidan con más frecuencia.
Esto deriva en una tipología de accidentes que, aunque en un porcentaje relativamente bajo, conllevan graves daños materiales. En primavera y otoño, el riesgo aumenta debido a la mayor actividad que los animales realizan durante el amanecer y el ocaso.
¿Cómo son estos accidentes?
Para hacerse a la idea, en España y a lo largo de 2010 se produjeron unos 16.000 accidentes de tráfico con animales en la calzada. 332 implicaron víctimas, con ocho personas fallecidas, 40 heridas graves y 445 heridas lleves. La gravedad de un accidente que implique el atropello de un animal es similar al resto de accidentes con víctimas: 11% de víctimas mortales y graves respecto al total de víctimas (accidentes con animales) comparado con 12% (accidentes totales).
Entre los silvestres, el jabalí es el que más accidentes causa (31%), y entre los domésticos el perro, normalmente abandonado, que se ve involucrado en numerosos siniestros (23,7%). En la mayoría de casos, no son colisiones directas con el animal, sino salidas de calzada por movimientos de evasión incorrectos realizados por el propio conductor para evitar la colisión. Habitualmente, los accidentes que provocan daño a los ocupantes del vehículo se producen como consecuencia de impactos con obstáculos en los márgenes de la carretera. Según estudios de la DGT, en 2004, la zona de España donde se produjeron mayor número de accidentes fue la cornisa cantábrica.
¿Dónde suceden con mayor frecuencia?
La mayoría de los accidentes con animales se producen en carreteras convencionales; se trata de animales silvestres. La proporción varía según la densidad de los mismos en el territorio por el que discurre la vía. A veces, estas carreteras convencionales en zona rural, donde abunda la fauna, presentan mayor densidad del tráfico que las vías rápidas (mejor protegidas en los flancos por vallado) que discurren por el mismo territorio: las primeras registran la mayoría de accidentes con animales implicados, en zonas próximas a entornos urbanos más o menos poblados. De hecho se han constatado casos de accidentes con animales en zonas urbanas y suburbanas de mediana ocupación poblacional. Además, el ancho de vía afecta a la probabilidad de accidente: a mayor anchura mayor probabilidad de colisión. También es importante la vegetación que rodea la vía por tipo y densidad, o por la proximidad a la misma.
¿Cómo reducir el riesgo de sufrir un accidente con animales?
Ante todo, de forma preventiva. Para ello, es indispensable establecer un mapa de corredores naturales de fauna y aplicar allí donde se considere oportuno las diferentes medidas asociadas para cada animal autóctono de la zona, evitando siempre, el «efecto barrera». Así, la creación de pasos superiores e inferiores de fauna, la instalación de vallados perimetrales, dispositivos de disuasión artificial y el uso de señalización dinámica son algunas medidas que dan buenos resultados preventivos.
Algunos modelos de gama alta cuentan, de serie o como opción, dispositivos de visión mediante infrarrojos que, durante la noche, visualizan en una pantalla del cuadro (ver vídeo sobre estas líneas) posibles obstáculos en la vía y en el sentido de marcha que se encuentran unos 150 metros por delante. Los más avanzados activan alertas acústicas y visuales, e incluso distinguen entre peatones y animales. Hay sistemas parecidos que actúan mediante lectores térmicos situados en el frontal del vehículo.
¿Y el conductor?
Hay medidas a considerar de gran importancia:
1. Reducir la velocidad en zonas boscosas y al pasar por lindes de bosques o campos con poca visibilidad. A 60 km/h, la distancia de frenado es de 35 metros, y a 100 de 79 metros.
2. Prestar atención al realizar trayectos nuevos que atraviesan bosques. Los animales no cambian los caminos que suelen utilizar.
3. Si se encuentra con un animal silvestre en o al borde de la carretera se aconseja, si se llevan las luces de largo alcance, cambiar a luz de cruce, frenar controladamente y tocar la bocina. Los animales no pueden calcular la velocidad del vehículo, y las luces los deslumbran y desorientan.
4. Circular a baja velocidad: puede haber animales rezagados, ya que los venados y otras especies viven en manada. Cuando tienen pánico cruzan la carretera inesperada y descontroladamente.
5. Si la colisión es inevitable, mejor un choque controlado que una evasión incontrolada. Se aconseja sujetar bien el volante, seguir recto y, producido el atropello, inmediatamente frenar. Las maniobras de evasión arriesgadas pueden poner en peligro al conductor y a los ocupantes del vehículo o de un vehículo que circula en sentido opuesto, o bien acabar en un choque contra un árbol u otro obstáculo circundante.
¿Qué hacer después de un accidente con animales?
1. Detenerse de manera controlada, asegurando el lugar del accidente (triángulo de advertencia, chaleco reflectante...) e iniciando medidas de auxilio en caso de daños personales, entre otros comunicando lo sucedido al 112.
2. Avisar a la policía o entidad responsable de la zona para que retiren el animal accidentado.
3. Observar las normas de protección animal. Notificar el accidente, aunque no existan daños aparentes.
http://www.abc.es/20120518/motor-reportajes/abci-accidentes-animales-201205151726.html