Cotorra
31-may-2012, 15:42
■El artista Juan Francisco Casas no calca, sino que dibuja a ojo sobre un papel y usando bolígrafos Bic azules o negros, las fotos de sus amigas.
■Su colección se exhibe en una galería madrileña.
No hay trampa ni cartón. No son fotografías: la ilusión óptica desaparece cuando uno se acerca a la obra y se revelan los trazos dibujados en tinta azul o negra. Son imágenes cotidianas, espontáneas; instantes capturados en un círculo cercano que podrían haber sido publicados en Facebook o Twitter.
¿Y qué hay más cotidiano que un boli Bic? Esa fue la razón por la que Juan Francisco Casas, nacido en La Carolina (Jaén) hace 36 años y doctor en Bellas Artes por la Universidad de Granada, comenzó a explorar esta técnica a bolígrafo hace cinco o seis años.
"A diferencia del óleo, puedo trabajar en cualquier parte", asegura. No emplea a modelos, sino a gente de su entorno: "Se prestan gustosos, el que se desnuda es porque le apetece. No impongo nada, ellos eligen cómo quieren salir. A veces son fotos de una fiesta, todo surge de manera improvisada".
Casas emplea unas dos semanas en cada obra, sea grande o pequeña. "A partir de ese tiempo me saturo", afirma. Las pequeñas (20 X 25 cm) le resultan más difíciles, porque tienen más nivel de detalle, y las grandes (hasta 2,25 metros de altura) "cansan más" porque trabaja "subiendo y bajando escaleras". ¿Los precios? de 5.000 a 20.000 euros.
En cuanto a los materiales, no sabría decir cuántos bolis gasta en cada cuadro, pero asegura que él los apura hasta el final: "La gente, generalmente, los pierde, pero yo los acabo. Un boli da mucho de sí".
Exposición y libro
Juan Francisco Casas pasó por la última edición de ARCO y ahora expone en la galería madrileña Fernando Pradillo (Claudio Coello, 20), donde estará hasta julio. También acaba de salir a la venta un libro con sus obras más destacadas.
Las próximas exposiciones de Casas serán en Latinoamérica y Asia, dos mercados emergentes. "Aquí está todo muy parado", sentencia el artista.
Su secreto: las tramas
Casas asegura que su técnica no es novedosa, pero su ejecución es magistral. "Es como dibujar a lápiz, solo que no puedes borrar", explica. Visualiza la foto en el ordenador para captar los detalles, luego hace, a ojo, un boceto a lápiz sobre papel satinado. Y comienza a aplicar las tramas cruzadas a boli, más fuerte en las partes oscuras y más suave en las claras.
■Su colección se exhibe en una galería madrileña.
No hay trampa ni cartón. No son fotografías: la ilusión óptica desaparece cuando uno se acerca a la obra y se revelan los trazos dibujados en tinta azul o negra. Son imágenes cotidianas, espontáneas; instantes capturados en un círculo cercano que podrían haber sido publicados en Facebook o Twitter.
¿Y qué hay más cotidiano que un boli Bic? Esa fue la razón por la que Juan Francisco Casas, nacido en La Carolina (Jaén) hace 36 años y doctor en Bellas Artes por la Universidad de Granada, comenzó a explorar esta técnica a bolígrafo hace cinco o seis años.
"A diferencia del óleo, puedo trabajar en cualquier parte", asegura. No emplea a modelos, sino a gente de su entorno: "Se prestan gustosos, el que se desnuda es porque le apetece. No impongo nada, ellos eligen cómo quieren salir. A veces son fotos de una fiesta, todo surge de manera improvisada".
Casas emplea unas dos semanas en cada obra, sea grande o pequeña. "A partir de ese tiempo me saturo", afirma. Las pequeñas (20 X 25 cm) le resultan más difíciles, porque tienen más nivel de detalle, y las grandes (hasta 2,25 metros de altura) "cansan más" porque trabaja "subiendo y bajando escaleras". ¿Los precios? de 5.000 a 20.000 euros.
En cuanto a los materiales, no sabría decir cuántos bolis gasta en cada cuadro, pero asegura que él los apura hasta el final: "La gente, generalmente, los pierde, pero yo los acabo. Un boli da mucho de sí".
Exposición y libro
Juan Francisco Casas pasó por la última edición de ARCO y ahora expone en la galería madrileña Fernando Pradillo (Claudio Coello, 20), donde estará hasta julio. También acaba de salir a la venta un libro con sus obras más destacadas.
Las próximas exposiciones de Casas serán en Latinoamérica y Asia, dos mercados emergentes. "Aquí está todo muy parado", sentencia el artista.
Su secreto: las tramas
Casas asegura que su técnica no es novedosa, pero su ejecución es magistral. "Es como dibujar a lápiz, solo que no puedes borrar", explica. Visualiza la foto en el ordenador para captar los detalles, luego hace, a ojo, un boceto a lápiz sobre papel satinado. Y comienza a aplicar las tramas cruzadas a boli, más fuerte en las partes oscuras y más suave en las claras.