Cotorra
19-sep-2011, 22:05
"Siento un profundo respeto por la naturaleza. Me fascina la lucha universal por la supervivencia".
Comer o ser comido, el miedo a los depredadores, la calidez de una madriguera... Tiffany Bozic (Arkansas - EE UU, 1979) retrata el mundo animal con ternura, pero sin alejarse de la realidad biológica.
Creció en una granja, cerca de vacas, cabras, caballos y cerdos. Era la pequeña de tres hermanos y tenía el privilegio infantil de merodear, observar y alimentar su curiosidad. Al contrario que un niño de ciudad, fue testigo del ciclo de la vida, de los partos y las muertes que se presentan de manera cotidiana y sencilla, sin aspavientos ni ceremonias. "Desarrollé una apreciación por los seres vivos de los que dependía y eso moldeó mi manera de ver el mundo".
Un embrión humano en el interior de una cereza
Elegir al animal que protagoniza cada escena es arduo. En sus acrílicos sobre madera, son la hormiga, el escarabajo o el armadillo los que expresan de manera metafórica las emociones de la artista, un método que prefiere a "pintar autorretratos una y otra vez".
A veces un deje de surrealismo -que ella reconoce- aparece en sus obras: una hormiga devorada por otras hormigas más pequeñas, un embrión humano en el interior de una cereza...
Pero en el acabado, Bozic se deja llevar por los libros de ciencias y dibuja con modos de naturalista a cada uno de sus modelos, que considera vitales para nuestra supervivencia en el planeta. "Mis pinturas son un pequeño recordatorio de que somos naturaleza y estamos conectados al resto de los seres vivos. Quisiera que los padres se tomaran el tiempo de llevar a sus hijos a pasear por el bosque, levantar una piedra y mirar de cerca la vida que nos rodea".
http://www.20minutos.es/noticia/1158621/0/tiffany-bozic/animales/pintura/
Comer o ser comido, el miedo a los depredadores, la calidez de una madriguera... Tiffany Bozic (Arkansas - EE UU, 1979) retrata el mundo animal con ternura, pero sin alejarse de la realidad biológica.
Creció en una granja, cerca de vacas, cabras, caballos y cerdos. Era la pequeña de tres hermanos y tenía el privilegio infantil de merodear, observar y alimentar su curiosidad. Al contrario que un niño de ciudad, fue testigo del ciclo de la vida, de los partos y las muertes que se presentan de manera cotidiana y sencilla, sin aspavientos ni ceremonias. "Desarrollé una apreciación por los seres vivos de los que dependía y eso moldeó mi manera de ver el mundo".
Un embrión humano en el interior de una cereza
Elegir al animal que protagoniza cada escena es arduo. En sus acrílicos sobre madera, son la hormiga, el escarabajo o el armadillo los que expresan de manera metafórica las emociones de la artista, un método que prefiere a "pintar autorretratos una y otra vez".
A veces un deje de surrealismo -que ella reconoce- aparece en sus obras: una hormiga devorada por otras hormigas más pequeñas, un embrión humano en el interior de una cereza...
Pero en el acabado, Bozic se deja llevar por los libros de ciencias y dibuja con modos de naturalista a cada uno de sus modelos, que considera vitales para nuestra supervivencia en el planeta. "Mis pinturas son un pequeño recordatorio de que somos naturaleza y estamos conectados al resto de los seres vivos. Quisiera que los padres se tomaran el tiempo de llevar a sus hijos a pasear por el bosque, levantar una piedra y mirar de cerca la vida que nos rodea".
http://www.20minutos.es/noticia/1158621/0/tiffany-bozic/animales/pintura/