Cotorra
18-ago-2011, 14:49
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Hay un tipo de perro que seguro que a todos os suena: los perros de patio. Animales que, con suerte, gozaron de las comodidades de un hogar en compañía de su familia humana siendo cachorros. Muchos no tuvieron ni eso.
Su vida se circunscribe a los metros cuadrados del patio delantero o trasero de una casa, casi todo el tiempo transcurre para ellos en soledad. Sus amos los saludan al entrar o al salir (o se los quitan de encima para que no les manchen la ropa) les dan comida y agua, poco más.
Están escasamente socializados y muchos no han aprendido las normas de comportamiento más básicas, como pasear de la correa o esperar a salir a la calle para hacer sus necesidades. Pero es que son legión los que nunca salen.
Tienden a estar más desaseados que los que viven dentro de casa, es obvio el motivo. Pero eso hace que apetezca menos acariciarlos y jugar con ellos.
Puede helar en invierno o llegar a los 40 grados en verano, que ellos no salen de su patio. Si cuentan con una caseta limpia en la que atecharse y un suministro constante de agua fresca son afortunados.
Es cierto que unos pocos, muy pocos, pese a ser perros de patio y no pisar la casa están bien atendidos: van al veterinario, se les lava, se juega de vez en cuando con ellos, se llevan las sobras de la barbacoa cuando sus amos aprovechan la primavera en su patio y se les lleva de paseo y excursión…
Pero incluso esos escasos afortunados preferirían con mucho, da igual el tamaño del patio, estar junto a sus dueños.
Los perros no quieren tener muchos metros para correr, quieren estar tumbados dormitando cerca de sus humanos de referencia. Y si hay que correr, quieren correr acompañados.
Por eso cuando alguien, como ha hecho Susana por correo, me pregunta si un perro (en este caso un dálmata) estaría buen en un patio tanto en invierno como en verano, mi respuesta es un rotundo no, estaría bien en la casa disfrutando ocasionalmente del patio, como sus dueños.
En el patio no estaría bien, en el patio podría vivir que es otra cosa si recibe paseos y juegos regulares, agua fresca, un buen cubil y muchas caricias.
Y si hablamos de salvar la vida a un animal cuyo futuro corre peligro, un animal en una perrera esperando su sentencia de muerte, un animal abandonado en la calle. Pues entonces el patio puede ser una bendición.
Pero un patio no es lugar para un perro, por mucho que haya miles de perros de patio.
http://blogs.20minutos.es/animalesenadopcion/2011/08/18/perros-de-patio/
Hay un tipo de perro que seguro que a todos os suena: los perros de patio. Animales que, con suerte, gozaron de las comodidades de un hogar en compañía de su familia humana siendo cachorros. Muchos no tuvieron ni eso.
Su vida se circunscribe a los metros cuadrados del patio delantero o trasero de una casa, casi todo el tiempo transcurre para ellos en soledad. Sus amos los saludan al entrar o al salir (o se los quitan de encima para que no les manchen la ropa) les dan comida y agua, poco más.
Están escasamente socializados y muchos no han aprendido las normas de comportamiento más básicas, como pasear de la correa o esperar a salir a la calle para hacer sus necesidades. Pero es que son legión los que nunca salen.
Tienden a estar más desaseados que los que viven dentro de casa, es obvio el motivo. Pero eso hace que apetezca menos acariciarlos y jugar con ellos.
Puede helar en invierno o llegar a los 40 grados en verano, que ellos no salen de su patio. Si cuentan con una caseta limpia en la que atecharse y un suministro constante de agua fresca son afortunados.
Es cierto que unos pocos, muy pocos, pese a ser perros de patio y no pisar la casa están bien atendidos: van al veterinario, se les lava, se juega de vez en cuando con ellos, se llevan las sobras de la barbacoa cuando sus amos aprovechan la primavera en su patio y se les lleva de paseo y excursión…
Pero incluso esos escasos afortunados preferirían con mucho, da igual el tamaño del patio, estar junto a sus dueños.
Los perros no quieren tener muchos metros para correr, quieren estar tumbados dormitando cerca de sus humanos de referencia. Y si hay que correr, quieren correr acompañados.
Por eso cuando alguien, como ha hecho Susana por correo, me pregunta si un perro (en este caso un dálmata) estaría buen en un patio tanto en invierno como en verano, mi respuesta es un rotundo no, estaría bien en la casa disfrutando ocasionalmente del patio, como sus dueños.
En el patio no estaría bien, en el patio podría vivir que es otra cosa si recibe paseos y juegos regulares, agua fresca, un buen cubil y muchas caricias.
Y si hablamos de salvar la vida a un animal cuyo futuro corre peligro, un animal en una perrera esperando su sentencia de muerte, un animal abandonado en la calle. Pues entonces el patio puede ser una bendición.
Pero un patio no es lugar para un perro, por mucho que haya miles de perros de patio.
http://blogs.20minutos.es/animalesenadopcion/2011/08/18/perros-de-patio/