margaly
24-oct-2007, 15:19
Cenar sólo fruta para adelgazar
La sensación de ligereza cuando se cena fruta no se refleja necesariamente en el peso
La costumbre de cenar sólo fruta es relativamente común en muchas personas preocupadas por su figura, por sus kilos de más y por su salud. Ocurre sobre todo en mujeres de todas las edades. Acostumbran a reservar el momento de la cena para las tres raciones de frutas diarias recomendadas, e incluso alguna más si llegan a casa con hambre. Entienden que son alimentos que sacian y llenan. Al mismo tiempo, creen que hacen de la cena un menú ligero en calorías.
Cena con sorpresa inesperada
La sorpresa se la llevan cuando, después de una o dos semanas de seguir con el plan de cenas frugales (sólo fruta), comprueban que no han adelgazado o, si lo han hecho, no han perdido los kilos deseados.
En muchos casos, si no se pierde peso es porque a la persona no le sobra grasa, de manera que el organismo no pone en marcha los mecanismos necesarios para desprenderse de ella. Suele suceder que los molestos «kilos de más» por los que se hace el cambio en las cenas responden a la falta de tono muscular por falta de ejercicio (queda marcada la «barriguita» y resulta incómoda la flacidez de los brazos).
Cenar sólo fruta es una idea relativamente extendida entre mucha gente, pero equivocada si se quiere perder peso. De todas maneras, sí que puede ser efectiva de forma temporal si lo que se persigue es aligerar el cuerpo cuando se sufre retención de líquidos.
Poder diurético, no adelgazante
Las frutas son un grupo de alimentos con una composición nutritiva muy específica. Son abundantes en agua y fibra, fuente indiscutible de vitaminas (vitamina C, ácido fólico, betacaroteno o provitamina A), y de minerales como el potasio y el magnesio. Completan su valor nutritivo los pigmentos, que en las frutas cumplen un doble propósito. Primero su poder colorante, lo que da tono a la piel o a la carne de las frutas (betacaroteno de naranjas, mandarinas y melocotones; licopeno de las fresas; y antocianinas de las uvas y las ciruelas). En segundo lugar, su poder antioxidante, por lo que resultan complementos indiscutibles en una dieta preventiva.
La combinación de todos estos nutrientes en las frutas explica la propiedad esencial de los vegetales para depurar el organismo. Por ello, su consumo habitual se manifiesta en una mejoría física y mental. Se siente la cabeza más despejada y el cuerpo, en particular las piernas, más ligeras y menos pesadas. Se fortalecen las arterias y las venas, con la consiguiente mejora de la circulación sanguínea. Se nota que se orina mucho más, por lo que se eliminan más sustancias de desecho, pero no grasa. Así, quien come fruta siente más ligereza, algo que no necesariamente se ve reflejado en el peso (si la razón del exceso de peso no es la retención de líquidos).
http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/salud_y_alimentacion/adulto_y_vejez/2007/10/24/171024.php
La sensación de ligereza cuando se cena fruta no se refleja necesariamente en el peso
La costumbre de cenar sólo fruta es relativamente común en muchas personas preocupadas por su figura, por sus kilos de más y por su salud. Ocurre sobre todo en mujeres de todas las edades. Acostumbran a reservar el momento de la cena para las tres raciones de frutas diarias recomendadas, e incluso alguna más si llegan a casa con hambre. Entienden que son alimentos que sacian y llenan. Al mismo tiempo, creen que hacen de la cena un menú ligero en calorías.
Cena con sorpresa inesperada
La sorpresa se la llevan cuando, después de una o dos semanas de seguir con el plan de cenas frugales (sólo fruta), comprueban que no han adelgazado o, si lo han hecho, no han perdido los kilos deseados.
En muchos casos, si no se pierde peso es porque a la persona no le sobra grasa, de manera que el organismo no pone en marcha los mecanismos necesarios para desprenderse de ella. Suele suceder que los molestos «kilos de más» por los que se hace el cambio en las cenas responden a la falta de tono muscular por falta de ejercicio (queda marcada la «barriguita» y resulta incómoda la flacidez de los brazos).
Cenar sólo fruta es una idea relativamente extendida entre mucha gente, pero equivocada si se quiere perder peso. De todas maneras, sí que puede ser efectiva de forma temporal si lo que se persigue es aligerar el cuerpo cuando se sufre retención de líquidos.
Poder diurético, no adelgazante
Las frutas son un grupo de alimentos con una composición nutritiva muy específica. Son abundantes en agua y fibra, fuente indiscutible de vitaminas (vitamina C, ácido fólico, betacaroteno o provitamina A), y de minerales como el potasio y el magnesio. Completan su valor nutritivo los pigmentos, que en las frutas cumplen un doble propósito. Primero su poder colorante, lo que da tono a la piel o a la carne de las frutas (betacaroteno de naranjas, mandarinas y melocotones; licopeno de las fresas; y antocianinas de las uvas y las ciruelas). En segundo lugar, su poder antioxidante, por lo que resultan complementos indiscutibles en una dieta preventiva.
La combinación de todos estos nutrientes en las frutas explica la propiedad esencial de los vegetales para depurar el organismo. Por ello, su consumo habitual se manifiesta en una mejoría física y mental. Se siente la cabeza más despejada y el cuerpo, en particular las piernas, más ligeras y menos pesadas. Se fortalecen las arterias y las venas, con la consiguiente mejora de la circulación sanguínea. Se nota que se orina mucho más, por lo que se eliminan más sustancias de desecho, pero no grasa. Así, quien come fruta siente más ligereza, algo que no necesariamente se ve reflejado en el peso (si la razón del exceso de peso no es la retención de líquidos).
http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/salud_y_alimentacion/adulto_y_vejez/2007/10/24/171024.php