Arriaz
02-jun-2011, 21:28
OROS SI. Una defensa razonada.
Salvador Boix.
Ed. Temas de Hoy.
2011
El músico y apoderado de José Tomas, Salvador Boix, vierte toda su rabia en este pequeño opúsculo de curiosa y fácil lectura. Curiosa porque no se limita a un relato de los casposos argumentos taurinos, harto desvirtuados y faltos de vigor en la sociedad actual. Y fácil porque intercala pasajes personales con relatos subjetivos, además, dividido en dos partes bien diferenciadas, formalmente, no se hace pesado.
El tono general del libro desmerece el título, pues la pasión más desaforada del autor a la hora de escribir no es acorde con la pretendida defensa racional de la fiesta. Junto a las ideas más o menos objetivas que sustenta el texto – y que veremos más adelante en relación al tema político catalán-, Boix intercala numerosas anécdotas propias (además de valerse de un sujeto ficticio en la segunda parte) que acreditan su pasión por esta salvajada que esla tauromaquia. Es obvio que el libro está escrito para otros fervorosos taurinos como él, más que para la divulgación. Dudo que una persona de la calle comparta esta pasión por el maltrato animal, por no hablar de esa amplia mayoría de españoles opuestos a la tortura en la plaza. Y es que el objetivo de Boix no es captar nuevos adeptos, sino buscar culpables e idolatrar el sufrimiento mortal del toro, alejando esta práctica, no sólo de la opinión de la gente civilizada y con sensibilidad hacia el dolor ajeno, sino de asuntos tan mundanos como la democracia, que prohíbe la tortura pública de un animal.
La causa de este libro es la abolición catalana de las corridas de toros y esto es algo que se subraya a lo largo de todo el libro. El sector taurino, hasta ahora intocable, observa que sus cimientos son de barro. Que, efectivamente, no vivimos ni en la España de hace 500 años, ni en la de los años 50. Que la sociedad actual no tolera la sangre del ruedo y que cuando los poderes públicos dan la espalda a esta salvajada, se desmorona. España – y España no son sus instituciones- ya no es taurina y Salvador Boix busca los culpables de este hecho, cada día más evidente, no sólo entre los políticos catalanes, sino incluso dentro del propio sector. Consciente, además, de que la tauromaquia va a desaparecer, aporta las soluciones típicas de la caverna taurina, que por supuesto, se basan en chupar del frasco público. Medidas tan reales como la financiación de corridas de toros, cursos para niños, escuelas taurinas con subvención pública, reducción del IVA etc…
A pesar del berrinche que tiene Boix, no está falto de cierta lucidez cuando señala la profunda hipocresía que ha mostrado el parlamento catalán. Prohibir las corridas de toros y permitir los carrebours, por ejemplo, es un acto deleznable y aleja esta medida de un verdadero espíritu animalista. A los animalistas nos agrada ver que el sector taurino (o por lo menos, Salvador Boix) lo tiene claro en este sentido. Los animalistas nos oponemos a toda forma de tortura y maltrato animal, no sólo en el ruedo. Aunque nos alegramos de la prohibición catalana, nos parece manca al no dar el paso final, histórico, en defensa de los animales prohibiendo toda forma de maltrato animal.
Por cierto, la propia editorial le ha dado un premio.
http://ontologiadelfilamento.wordpress.com/2011/06/02/toros-si-de-salvador-boix/
Salud.
Salvador Boix.
Ed. Temas de Hoy.
2011
El músico y apoderado de José Tomas, Salvador Boix, vierte toda su rabia en este pequeño opúsculo de curiosa y fácil lectura. Curiosa porque no se limita a un relato de los casposos argumentos taurinos, harto desvirtuados y faltos de vigor en la sociedad actual. Y fácil porque intercala pasajes personales con relatos subjetivos, además, dividido en dos partes bien diferenciadas, formalmente, no se hace pesado.
El tono general del libro desmerece el título, pues la pasión más desaforada del autor a la hora de escribir no es acorde con la pretendida defensa racional de la fiesta. Junto a las ideas más o menos objetivas que sustenta el texto – y que veremos más adelante en relación al tema político catalán-, Boix intercala numerosas anécdotas propias (además de valerse de un sujeto ficticio en la segunda parte) que acreditan su pasión por esta salvajada que esla tauromaquia. Es obvio que el libro está escrito para otros fervorosos taurinos como él, más que para la divulgación. Dudo que una persona de la calle comparta esta pasión por el maltrato animal, por no hablar de esa amplia mayoría de españoles opuestos a la tortura en la plaza. Y es que el objetivo de Boix no es captar nuevos adeptos, sino buscar culpables e idolatrar el sufrimiento mortal del toro, alejando esta práctica, no sólo de la opinión de la gente civilizada y con sensibilidad hacia el dolor ajeno, sino de asuntos tan mundanos como la democracia, que prohíbe la tortura pública de un animal.
La causa de este libro es la abolición catalana de las corridas de toros y esto es algo que se subraya a lo largo de todo el libro. El sector taurino, hasta ahora intocable, observa que sus cimientos son de barro. Que, efectivamente, no vivimos ni en la España de hace 500 años, ni en la de los años 50. Que la sociedad actual no tolera la sangre del ruedo y que cuando los poderes públicos dan la espalda a esta salvajada, se desmorona. España – y España no son sus instituciones- ya no es taurina y Salvador Boix busca los culpables de este hecho, cada día más evidente, no sólo entre los políticos catalanes, sino incluso dentro del propio sector. Consciente, además, de que la tauromaquia va a desaparecer, aporta las soluciones típicas de la caverna taurina, que por supuesto, se basan en chupar del frasco público. Medidas tan reales como la financiación de corridas de toros, cursos para niños, escuelas taurinas con subvención pública, reducción del IVA etc…
A pesar del berrinche que tiene Boix, no está falto de cierta lucidez cuando señala la profunda hipocresía que ha mostrado el parlamento catalán. Prohibir las corridas de toros y permitir los carrebours, por ejemplo, es un acto deleznable y aleja esta medida de un verdadero espíritu animalista. A los animalistas nos agrada ver que el sector taurino (o por lo menos, Salvador Boix) lo tiene claro en este sentido. Los animalistas nos oponemos a toda forma de tortura y maltrato animal, no sólo en el ruedo. Aunque nos alegramos de la prohibición catalana, nos parece manca al no dar el paso final, histórico, en defensa de los animales prohibiendo toda forma de maltrato animal.
Por cierto, la propia editorial le ha dado un premio.
http://ontologiadelfilamento.wordpress.com/2011/06/02/toros-si-de-salvador-boix/
Salud.