Snickers
06-may-2011, 03:57
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=668765
CUATRO DÉCADAS ENTRE PRIMATES.
Hermano mono
Los chimpancés son vanidosos, presumidos, bromistas y dicen mentirijillas, entre otras características ´humanas´ La hembra Washoe utilizaba 300 gestos diferentes para hablar.
06/05/2011 ANTONIO MADRIDEJOS
http://www.elperiodicodearagon.com/img/noticias/668765_2.jpg
Foto:RICARD CUGAT
Los últimos estudios genéticos han confirmado lo que Deborah y Roger S. Fouts, un matrimonio de primatólogos estadounidenses, sabían con seguridad de hace cuatro décadas: los chimpancés y los humanos son primos hermanos. Fue desde el primer encuentro con Washoe, una hembra de chimpancé que entonces tenía apenas 10 meses. "Me vio a lo lejos, vino corriendo hacía mí y me dio un abrazo", rememora Roger Fouts. Ya no se separarían. "Cambió nuestras vidas, sí", añade Deborah. Cuando Washoe murió, en el año 2007, no solo era capaz de comunicarse con fluidez usando 300 signos diferentes del lenguaje de los sordos, sino que había transmitido sus conocimientos a sus cuatro colegas chimpancés de la Universidad de Washington.
Roger y su mujer han visitado esta semana Barcelona para pronunciar una conferencia en Cosmocaixa y luego visitar la fundación Mona, en Riudellots de la Selva (www.fundacionmona.org (http://www.fundacionmona.org)). "En las universidades se enseña que los humanos son seres superiores, pero lo único que nosotros tenemos claro es que todos somos seres --dicen ambos científicos--.
Washoe siempre nos vio como sus amigos". A los Fouts les molesta que se compare la inteligencia de un chimpancé con la de los niños. "Son inteligencias diferentes. Es un tópico fruto de nuestra arrogancia. Si tuviéramos que buscarnos la vida en la selva, le aseguro que un niño de 5 años no sobreviviría, pero sí un chimpancé de su edad", dice Roger. "Aunque no hablan de filosofía, por supuesto, mantienen conversaciones informales similares a las que se dan en el seno de una familia humana --prosigue Roger--. Son expresiones como tengo ganas de jugar, hazme cosquillas, tráeme un plátano, hace frío afuera, estás hoy muy nerviosa, no te enfades porque lo he hecho sin querer, tienes aspecto de enferma y otras muchas".
Washoe fue capturada en una selva de Uganda para participar en los proyectos de vuelos tripulados al espacio, pero acabó formando parte de un estudio pionero en aquel tiempo: se trataba de comprobar hasta qué punto los chimpancés eran capaces de comunicarse con el lenguaje de los sordos. "Nunca le enseñamos --insiste Roger--. Lo que hacíamos era simplemente hablar entre nosotros con las manos". Los animales les imitaban. De hecho, no les resulta difícil aprender porque en libertad ya utilizan sus propios signos para comunicarse, prosigue.
Con posterioridad, los científicos dejaron de comunicarse entre ellos con las manos, pero el proceso continuó. Loulis, un joven macho adaptado por Washoe, aprendió todos los signos que la hembra usaba. Hay otros aspectos sorprendentes: como los humanos, dice Deborah, los chimpancés son capaces de interiorizar los pensamientos. "Cuando jugaba al escondite, Washoe se metía en un rincón y se decía a sí misma con los dedos que no tenía que hacer ruido. Si había hecho algo mal, también gesticulaba como autoculpándose".
Disfraces, pintalabios...
Los chimpancés no solo tienen instintos, memoria, inteligencia y emociones, sino sentido del humor y dicen mentirijillas. También son vanidosos, compasivos y hasta presumidos. Moja, una hembra ya fallecida, era muy especial, dice Deborah: "Se miraba en el espejo, se ponía sombreros y le gustaba disfrazarse, se limpiaba los dientes con seda y se pintaba los labios con un pintalabios, Si le decías que estaba engordando, se enfadaba". El matrimonio de primatólogos sigue trabajando en Washington con tres de los cinco chimpancés que les llegaron entre los años 60 y 70. Aunque solo Washoe era nacida en libertad, aseguran que nunca se embarcarían de nuevo en un proyecto similar: "Aunque los tratamos con respeto, siguen estando en una prisión. No pueden explorar su territorio cercano, ni descubrir nuevos árboles ni vivir en una comunidad con sus familias". En libertad quedan unos 100.000. "Aunque lo fundamental es conservar las selvas y evitar que sean extirpados de ellas, creemos que muchos de los que están en zoos, con esos espacios tan pequeños, podrían ser reintroducidos", concluyen con tono reivindicativo.
CUATRO DÉCADAS ENTRE PRIMATES.
Hermano mono
Los chimpancés son vanidosos, presumidos, bromistas y dicen mentirijillas, entre otras características ´humanas´ La hembra Washoe utilizaba 300 gestos diferentes para hablar.
06/05/2011 ANTONIO MADRIDEJOS
http://www.elperiodicodearagon.com/img/noticias/668765_2.jpg
Foto:RICARD CUGAT
Los últimos estudios genéticos han confirmado lo que Deborah y Roger S. Fouts, un matrimonio de primatólogos estadounidenses, sabían con seguridad de hace cuatro décadas: los chimpancés y los humanos son primos hermanos. Fue desde el primer encuentro con Washoe, una hembra de chimpancé que entonces tenía apenas 10 meses. "Me vio a lo lejos, vino corriendo hacía mí y me dio un abrazo", rememora Roger Fouts. Ya no se separarían. "Cambió nuestras vidas, sí", añade Deborah. Cuando Washoe murió, en el año 2007, no solo era capaz de comunicarse con fluidez usando 300 signos diferentes del lenguaje de los sordos, sino que había transmitido sus conocimientos a sus cuatro colegas chimpancés de la Universidad de Washington.
Roger y su mujer han visitado esta semana Barcelona para pronunciar una conferencia en Cosmocaixa y luego visitar la fundación Mona, en Riudellots de la Selva (www.fundacionmona.org (http://www.fundacionmona.org)). "En las universidades se enseña que los humanos son seres superiores, pero lo único que nosotros tenemos claro es que todos somos seres --dicen ambos científicos--.
Washoe siempre nos vio como sus amigos". A los Fouts les molesta que se compare la inteligencia de un chimpancé con la de los niños. "Son inteligencias diferentes. Es un tópico fruto de nuestra arrogancia. Si tuviéramos que buscarnos la vida en la selva, le aseguro que un niño de 5 años no sobreviviría, pero sí un chimpancé de su edad", dice Roger. "Aunque no hablan de filosofía, por supuesto, mantienen conversaciones informales similares a las que se dan en el seno de una familia humana --prosigue Roger--. Son expresiones como tengo ganas de jugar, hazme cosquillas, tráeme un plátano, hace frío afuera, estás hoy muy nerviosa, no te enfades porque lo he hecho sin querer, tienes aspecto de enferma y otras muchas".
Washoe fue capturada en una selva de Uganda para participar en los proyectos de vuelos tripulados al espacio, pero acabó formando parte de un estudio pionero en aquel tiempo: se trataba de comprobar hasta qué punto los chimpancés eran capaces de comunicarse con el lenguaje de los sordos. "Nunca le enseñamos --insiste Roger--. Lo que hacíamos era simplemente hablar entre nosotros con las manos". Los animales les imitaban. De hecho, no les resulta difícil aprender porque en libertad ya utilizan sus propios signos para comunicarse, prosigue.
Con posterioridad, los científicos dejaron de comunicarse entre ellos con las manos, pero el proceso continuó. Loulis, un joven macho adaptado por Washoe, aprendió todos los signos que la hembra usaba. Hay otros aspectos sorprendentes: como los humanos, dice Deborah, los chimpancés son capaces de interiorizar los pensamientos. "Cuando jugaba al escondite, Washoe se metía en un rincón y se decía a sí misma con los dedos que no tenía que hacer ruido. Si había hecho algo mal, también gesticulaba como autoculpándose".
Disfraces, pintalabios...
Los chimpancés no solo tienen instintos, memoria, inteligencia y emociones, sino sentido del humor y dicen mentirijillas. También son vanidosos, compasivos y hasta presumidos. Moja, una hembra ya fallecida, era muy especial, dice Deborah: "Se miraba en el espejo, se ponía sombreros y le gustaba disfrazarse, se limpiaba los dientes con seda y se pintaba los labios con un pintalabios, Si le decías que estaba engordando, se enfadaba". El matrimonio de primatólogos sigue trabajando en Washington con tres de los cinco chimpancés que les llegaron entre los años 60 y 70. Aunque solo Washoe era nacida en libertad, aseguran que nunca se embarcarían de nuevo en un proyecto similar: "Aunque los tratamos con respeto, siguen estando en una prisión. No pueden explorar su territorio cercano, ni descubrir nuevos árboles ni vivir en una comunidad con sus familias". En libertad quedan unos 100.000. "Aunque lo fundamental es conservar las selvas y evitar que sean extirpados de ellas, creemos que muchos de los que están en zoos, con esos espacios tan pequeños, podrían ser reintroducidos", concluyen con tono reivindicativo.